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1. LA DIETA SALUDABLE EN LA INFANCIA.
La población está cada vez más sensibilizada frente a la necesidad y el deseo de mantener la salud. Somos más receptivos a todo lo relacionado con la nutrición y esto nos convierte en mucho más vulnerables. Por todo ello, es necesario establecer y difundir claramente las normas generales que hay que tener en cuenta para diseñar, preparar y consumir una dieta equilibrada.
La infancia constituye una etapa de la vida en la que tiene un papel esencial una correcta alimentación pues cualquier malnutrición - por exceso o por defecto - puede tener importantes repercusiones en el desarrollo y el estado de salud a corto y largo plazo. Además, es durante este etapa cuando comienzan a instaurarse los hábitos alimentarios, correctos o no, que se mantendrán casi durante toda la vida.
Muchas dietas o combinaciones de alimentos pueden considerarse adecuadas para constituir una dieta equilibrada, saludable o prudente.
La variedad en la dieta es garantía de equilibrio: unos grupos de alimentos aportan nutrientes que en otro grupo son deficitarios e incluso dentro del mismo grupo de alimentos, unos pueden suplir la carencia nutricional de otros. Unido al concepto de variedad debe incorporarse el de moderación, ya que se debe comer de todo, pero sin excederse en las cantidades.
Por tanto, elegir los alimentos que formen parte de nuestra dieta es muy importante porque nos tienen que ayudar a:
- Mantener una buena salud.
- Crear placer.
- Encajar dentro de unos hábitos alimentarios y costumbres.
2. INGESTAS RECOMENDADAS DE ENERGÍA Y NUTRIENTES EN LA INFANCIA.
Los requerimientos, durante la infancia, de los distintos nutrientes van variando dependiendo del ritmo de crecimiento, del grado de maduración de cada organismo, de la actividad física realizada, del sexo y también de la capacidad para utilizar los nutrientes procedentes de la comida.
Tabla 1.- Ingestas recomendadas de energía y nutrientes para niños y niñas de 4 a 15 años.
Las necesidades de energía, estimadas aproximadamente en 80 kcal/kg de peso y día (a partir de los 3 años), son iguales en niños y niñas hasta los 9 años, a partir de la adolescencia existen diferencias entre sexos. La energía aportada debe cubrir los gastos:
- Energéticos, ligados al mantenimiento de la temperatura corporal (37ºC).
- Crecimiento, muy elevados durante el primer año de vida, y que bajan sensiblemente después para ir aumentando de forma progresiva hasta alcanzar la adolescencia.
- Ligados a la actividad física, que en este período, es elevada (muy especialmente en los escolares que practican deportes). Es necesario luchar contra la vida sedentaria para mantener un peso adecuado, pues no basta reducir el aporte calórico si la actividad es escasa.
Por todo ello, las principales diferencias, entre niños, en la ingesta energética son consecuencia del ritmo de crecimiento y de la diferente actividad física que desarrollen.
La energía, durante la infancia, es aportada por las proteínas, los lípidos o grasas y los hidratos de carbono.
En relación a la proteína, sus necesidades durante la infancia oscilan entre 1 a 1,5 g por kg de peso corporal y día, estas aumentarán, al igual que las de energía al hacerlo la actividad física. Se recomienda que el 12-15% de la energía consumida en la dieta sea proporcionada por las proteínas. Un gramo de proteína aporta 4 kcal.
Los hidratos de carbono complejos, deben aportar la mayor parte de la energía, estos los podemos encontrar mayoritariamente en alimentos como cereales, pan, arroz, pasta, legumbres, patatas, etc. Un gramo de hidratos de carbono aporta 4 kcal.
Por último, la energía que procede de la grasa (9 kcal por gramo) debe ser del 30-35% del total consumido.
La ingesta adecuada de vitaminas y minerales es fundamental durante el crecimiento, ya que en numerosas ocasiones actúan como cofactores o catalizadores en el metabolismo celular y otros participan en el crecimiento de los tejidos (calcio, fósforo, magnesio).
Durante esta etapa de la vida se debe prestar especial atención a la ingesta de minerales como calcio y hierro y vitaminas como la A y la D, para conseguir un correcto crecimiento y formación de huesos y dientes (calcio y vitamina D) y prevenir la anemia (hierro).
3. RECOMENDACIONES NUTRICIONALES DE LOS DISTINTOS GRUPOS DE ALIMENTOS.
Como se ha comentado, una alimentación saludable debe contener la mayor variedad posible de alimentos. Cada grupo de alimentos posee características nutricionales distintas que ayudarán a conseguir una dieta equilibrada y saludable. Por ello, es importante realizar un consumo adecuado de cada uno de ellos en las cantidades recomendadas. Además de la variedad entre los grupos de alimentos y dentro de ellos, se debe variar en su forma de elaboración, procesos culinarios y presentación. De forma orientativa se recoge en la siguiente table las raciones recomendadas de cada grupo de alimento para la población infantil:
Tabla 2: Raciones orientativas recomendadas para la población infantil.
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(Fondo de Regulación y Organización del Mercado de los Productos de la Pesca y Cultivos Marinos).
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