En 1920, Antonio Redondo Nieto comienza la elaboración de embutidos y jamones ibéricos en Valdelacasa (Salamanca). Su hijo Gregorio recoge el testigo y denomina a la empresa REDONDO IGLESIAS, y la convierte en S.A. en 1979.
Desde entonces le acompañan sus hijos en esta tradición, aportando lo mejor de cada uno a los productos que llevan sus apellidos.