Los refrescos, como la mayoría de los productos que gozan de una gran popularidad, son víctimas de rumores maliciosos que pretenden perjudicar su imagen.
1. Introducción 2. El gas: La burbuja no engorda 3. Los aditivos son seguros 4. Las calorías de las bebidas refrescantes no son significativas 5. Los refrescos light, los más ligeros 6. Contenido calórico de algunas bebidas refrescantes bajas en calorías comercializadas en España 7. Las leyendas urbanas: Consecuencias de la popularidad
1. INTRODUCCIÓN
Los refrescos, como la mayoría de los productos que gozan de una gran popularidad, son víctimas de rumores maliciosos que pretenden perjudicar su imagen. Sin embargo, el riguroso control alimentario al que son sometidos basta para desmentir estos mitos y para situar a las bebidas refrescantes como una alternativa placentera y saludable para saciar la sed.
Los mitos y leyendas han existido desde siempre y afectan a todos los ámbitos de la vida social, la economía, la política e incluso, la historia.
En la actualidad, la amplia variedad e implantación social de los distintos canales de comunicación contribuye a propagar y aumentar estos bulos. Así, por ejemplo, aún hoy pueden encontrarse en Internet referencias que afirman que el subsuelo de Nueva York está plagado de caimanes que viven en sus alcantarillas.
A lo largo de sus más de 200 años de historia, las bebidas refrescantes también han sido objeto de falsos mitos. Esto es una consecuencia de su popularidad en todo el mundo y del hecho de que se consumen no sólo para saciar la sed sino que, además, constituyen una buena excusa para las relaciones sociales.
2. EL GAS: LA BURBUJA NO ENGORDA
El anhídrido carbónico es un gas que todos los seres vivos producen al respirar. En aquellos refrescos que contienen CO2, este gas tiene un efecto estético y organoléptico, confiriendo a las bebidas su sabor ácido y la particular sensación que provocan en la lengua. Pero además, en los refrescos actúa como conservante y antioxidante para mantener todas sus propiedades.
Uno de los mitos que circulan en torno a las bebidas refrescantes con gas es que engordan. Esta afirmación no tiene fundamento alguno, ya que del anhídrido carbónico no se puede extraer ninguna energía, es decir, ninguna caloría. Por el contrario, algunas personas consideran que la ligera sensación de saciedad que proporciona el gas les ayuda a controlar la cantidad de alimentos que ingieren.
Además, las sensaciones en el paladar y la vivacidad que producen las burbujas en las bebidas refrescantes las han convertido en las más populares del mundo y en protagonistas de los hábitos sociales de ocio.
Por otro lado, y para quien lo prefiera, hoy existe una gran diversidad de refrescos sin gas. De hecho, en el año 2005, el 15% de la producción del sector correspondió a este tipo de bebidas refrescantes.
3. LOS ADITIVOS SON SEGUROS
Como tantos otros alimentos y bebidas, los refrescos incorporan en su composición aditivos autorizados por la legislación alimentaria en dosis específicamente permitidas. Los aditivos cumplen una función esencial, ya que se añaden a los alimentos para que éstos mantengan sus cualidades o recuperen algunas que se han perdido durante su elaboración.
En algunas ocasiones han circulado leyendas urbanas cuestionando la seguridad de algunos aditivos alimentarios. En algún caso, éstas han tenido una difusión considerable, por lo que incluso las autoridades sanitarias se han visto obligadas a intervenir.
Los aditivos que se emplean en alimentación son los ingredientes que más rigurosamente se controlan. Las autoridades europeas, a través de los comités científicos correspondientes, evalúan periódicamente los avances tecnológicos y científicos en relación con los mismos y determinan la ingesta total que puede realizar un consumidor europeo en su dieta. Esta legislación, que especifica qué aditivo puede emplearse en cada producto alimenticio y en qué cantidad máxima, se actualiza convenientemente para adaptarse a todos los cambios.
4. LAS CALORÍAS DE LAS BEBIDAS REFRESCANTES NO SON SIGNIFICATIVAS
La idea de que todo lo que “está rico” engorda no es cierta. En el caso de las bebidas refrescantes, su sabor resulta muy apetecible al paladar y, sin embargo, las calorías que aportan no son significativas dentro del total de la energía que se ingiere en la dieta. Cualquiera de los tradicionales refrescos de cola o de sabores cítricos sólo contiene alrededor de 40 calorías por 100 ml. Por otro lado, existe una gran cantidad de refrescos light para todos aquellos que tengan una especial preocupación por cuidar la línea.
5. LOS REFRESCOS LIGHT, LOS MÁS LIGEROS
Existe la creencia de que los productos light, en muchas ocasiones, pueden contener bastantes calorías. De hecho, con solo reducir un 30% de su contenido energético original un alimento se considera light. Sin embargo, las bebidas refrescantes light constituyen un caso excepcional, ya que en ellas se sustituye totalmente el azúcar por otros edulcorantes, lo que permite reducir las calorías en casi el 100%. En consecuencia, muchos refrescos light tienen 0 calorías (kcal) por 100 ml y en cualquier caso, todos se encuentran por debajo de las 7 kcal en 100 ml.
6. CONTENIDO CALÓRICO DE ALGUNAS BEBIDAS REFRESCANTES BAJAS EN CALORÍAS COMERCIALIZADAS EN ESPAÑA
Por otro lado, dadas estas especiales características de los productos light, hay quienes piensan que al reducir las calorías, pueden perder sabor y ser más caros. En el caso de los refrescos light, se consigue un excelente sabor sin que ello implique un coste superior, ya que el precio suele ser similar en las dos versiones.
Todas estas características han otorgado a estas bebidas una gran popularidad, gracias a lo cual, el sector de refrescos bajos en calorías cobra cada vez más importancia en la industria de bebidas refrescantes. Así, el 24% de los refrescos fabricados en España son light.
7. LAS LEYENDAS URBANAS: CONSECUENCIAS DE LA POPULARIDAD
La característica más importante de las leyendas urbanas es su carácter internacional. Una historia cualquiera no es una leyenda urbana hasta que su difusión se generaliza en muchos y distintos lugares alejados entre sí. A su vez, las leyendas urbanas se originan de muy diversas maneras y están presentes en todas las formas de expresión conocidas: tradición oral, medios de comunicación, prensa, televisión, radio, cine, Internet...
Algunas de ellas son producidas deliberadamente por personas que se han encontrado con una historia interesante o graciosa y buscan ganar protagonismo al contarla. También pueden ser generadas por personas que olvidan los detalles de una historia que han oído o leído y la recomponen a su manera.
A lo largo de sus más de 200 años de historia, las bebidas refrescantes han sido objeto de varias de estas leyendas, que carecen de todo fundamento. Una de las más difundidas hace referencia a que con una bebida de cola se puede eliminar la herrumbre de un tornillo. Basta hacer la prueba para comprobar que esto es falso.
Cuando estas historias hacen referencia a alimentos, a veces son contestadas por la Administración, especialmente cuando cuestionan la seguridad de los productos. De hecho, la difusión de estos datos se contradice con los principios de actuación de las autoridades sanitarias en materia de seguridad alimentaria ya que, si fueran veraces, los refrescos y otros muchos alimentos o bebidas tendrían prohibida su comercialización. El fenómeno es tal que a la vez que aparecen las “leyendas urbanas”, surgen algunas páginas web nacionales e internacionales que se dedican, de manera totalmente independiente, a desmentirlas.
En ocasiones un rumor sin fundamento comienza a difundirse hasta que alcanza la categoría de “leyenda urbana”. Estas leyendas son falsas y suelen hacer referencia a productos de consumo habitual y que resultan populares entre la población, generando alarma entre sus consumidores y buscando desprestigiar su imagen.
Fuente: ANFABRA: Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas
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