El consumo de café ha demostrado efectos beneficiosos, de manera especial sobre algunas de las enfermedades más frecuentes del hígado y de la vesícula biliar, aunque los mecanismos por los que el café produce estos efectos son todavía muy poco conocidos.
1. Introducción. 2. Café y tubo digestivo. 3. Café y litiasis biliar. 4. Café, función hepática y cirrosis. 5. Bibliografía.
1. INTRODUCCIÓN.
Las enfermedades del aparato digestivo son un grupo heterogéneo de patologíasque pueden afectar tanto al tubo digestivo (desde el esófago, estómago,intestinos y hasta la región rectal) como al sistema hepatobiliar y al páncreas.El consumo de café ha demostrado efectos beneficiosos, de manera especialsobre algunas de las enfermedades más frecuentes del hígado y de la vesículabiliar, aunque los mecanismos por los que el café produce estos efectos sontodavía muy poco conocidos.
2. CAFÉ Y TUBO DIGESTIVO.
Si bien algunos pacientes refieren cierta sensación de “ardor” con la ingestade café, este efecto tiene poca relación con la cafeína. El consumo de café no se ha relacionado con ninguna de las enfermedades que afectan al tractogastro-intestinal. Por otra parte, algunas personas refieren que el café lesayuda a resolver problemas de estreñimiento, si bien no se han realizadoensayos clínicos al respecto.
3. CAFÉ Y LITIASIS BILIAR.
En España la prevalencia estimada de litiasis biliar, conocida popularmentecomo “piedras o cálculos en la vesícula”, oscila entre el 10-20% de la poblaciónadulta. La edad mayor de 40 años, el género femenino, la obesidad y ladiabetes son algunos de los factores de riesgo relacionados con el desarrollode esta enfermedad. Aunque la mayoría de los pacientes tienen formasasintomáticas de litiasis biliar, algunas de las complicaciones relacionadaspueden ser graves, como la colecistitis y la pancreatitis aguda. En los EEUUcada año se practican más de 700.000 extirpaciones de vesícula (colecistectomía)y el gasto anual que genera esta enfermedad es de unos 6.500 millonesde dólares.
Desde el punto de vista dietético, el único factor de riesgo bien establecidopara desarrollar litiasis biliar es la elevada ingesta calórica. Entre los factoresprotectores se incluyen el ejercicio físico, la dieta rica en fibra, las proteínasde origen vegetal, los frutos secos y el café.
La relación entre la ingesta de café y la litiasis biliar ha sido motivo de estudiosmuy interesantes que han demostrado un efecto protector en ambos sexos,de manera especial el café con cafeína. Así, un estudio realizado en los EEUUsobre más de 80.000 mujeres demostró, tras 20 años de seguimiento, que elconsumo de 4 ó más tazas de café al día se asociaba con un menor riesgo(casi del 30%) de intervención quirúrgica por litiasis. Por otra parte, estudiosexperimentales han demostrado que el café contrarresta algunos de los mecanismosque dan lugar a la litiasis biliar, como la concentración de colesterolen la bilis, que es la substancia con mayor presencia en los cálculos biliares.
Sin embargo, otros estudios realizados en diferentes países no han demostradodichos efectos o han tenido resultados contradictorios. Además, elcafé no parece tener ningún papel beneficioso en pacientes que ya presentanlitiasis biliar. Por todo ello, no puede recomendarse el consumo de café conobjeto de reducir la incidencia de esta enfermedad o sus complicaciones;pero tampoco tiene sentido limitar su consumo en pacientes con riesgo depresentar litiasis o con litiasis establecida.
4. CAFÉ, FUNCIÓN HEPÁTICA Y CIRROSIS.
En España la cirrosis hepática de origen alcohólico sigue siendo una importantecausa de hospitalización y muerte, especialmente entre los varones.Por ello, la principal medida de prevención de esta enfermedad, tanto a nivelde la poblacional general como individual, es la disminución de la ingesta dealcohol.
Como en el caso anterior, las primeras evidencias sobre los beneficios potencialesdel consumo de café sobre la función hepática provienen de estudiosrealizados sobre amplios grupos de población. A principios de los años 90se publicaron los resultados de un importante estudio procedente de losEEUU realizado sobre 128.934 adultos tras un seguimiento de unos 7 años.El consumo de café -no el de té- se asoció de manera inversa con la hospitalizacióno muerte debida a cirrosis hepática de origen alcohólico. Además,se observó una cierta relación dosis-efecto, de manera que los sujetos quebebían de manera habitual 4 ó más tazas de café al día tenían un riesgo decirrosis un 20% inferior a los que no bebían café.
Estudios posteriores, aunque realizados con diferentes diseños, tambiéndemostraron esta asociación. Un reciente estudio noruego que incluyó másde 51.000 sujetos adultos seguidos una media de 17 años demostró queel riesgo de muerte por cirrosis hepática era un 40% menor en los sujetosque bebían más de dos tazas de café.
Los mecanismos responsables de estos efectos beneficiosos o protectoresdel café sobre la cirrosis hepática no son bien conocidos, si bien se hanobservado niveles más bajos de “transaminasas” hepáticas, especialmenteen los consumidores de bebidas alcohólicas. La cafeína no parece estarimplicada y sí otros componentes del café como los antioxidantes.
Por ello, como en el caso anterior, los pacientes que consumen café de formamoderada pueden seguir haciéndolo, ya que es más que probable que estabebida tenga efectos beneficiosos sobre la función hepática. No obstante,serán necesarios más estudios, de manera especial de investigación básica,para establecer una relación entre café y alcohol y resolver las dudas sobreel papel del café en la prevención de la cirrosis alcohólica.
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Fuente:
EDIMSA.
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