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8. EVOLUCIÓN EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS. SOBREPESO Y OBESIDAD.
Los cambios que se han producido en
los últimos años pueden haber favorecido
el progresivo incremento en el padecimiento
de obesidad. La obesidad afecta a un número
creciente de individuos, en la Comunidad
de Madrid, en población adulta, el 36,8%
tienen sobrepeso y obesidad, sobre todo
en hombres, que presentan un importante
incremento porcentual (19 %).
Cuando analizamos el consumo de
alimentos, se observa un descenso en el
consumo de verduras y sobre todo de
cereales (Figura 1).
(Figura 1. Evolución en el consumo de alimentos)
Sin embargo, cantidad de energía ingerida
no ha aumentado, sino que ha ido disminuyendo,
lo que pone de relieve que el balance
energético no se rompe porque tomemos más
calorías sino probablemente por el menor gasto
energético asociado al creciente sedentarismo.
También es destacable que ha cambiado la
proporción de calorías aportadas por proteínas,
grasas e hidratos de carbono, alejándose
paulatinamente estos porcentajes de las
recomendaciones. (10-12% de la energía
debería proceder de proteínas, hasta el 30-35%
de la grasa y el 53-60% de hidratos de carbono),
ya que se ha observado un incremento en la
ingesta de grasa y proteínas y una disminución
de hidratos de carbono. (Figura 2).
Este cambio en la proporción de hidratos de carbono/grasa ha sido relacionada en muchos estudios con un aumento en el riesgo de padecer obesidad. De hecho los estudios consultados ponen de relieve que los individuos con un exceso de peso toman más grasa y menos hidratos de carbono que las personas de peso normal (Figuras 3 y 4 respectivamente).
(Figura 2. Evolución de la ingesta energética y perfil calórico de la dieta en los últimos 40 años)
(Figura 3. Consumo de grasa. Diferencias en función del peso)
(Figura 4. Consumo de Hidratos de Carbono. DIferencias en función del peso)
9. PAUTAS ACONSEJABLES PARA MANTENER Y/O PERDER PESO.
Para reducir el peso es necesario un
tratamiento integral, que garantice una
pérdida de peso a largo plazo y de forma
progresiva, teniendo en cuenta todos los
factores implicados: grado de sobrepeso,
tipo de alimentación, nivel de actividad
física, motivación para cumplir con el
tratamiento, etc. Por ello se requiere un
tratamiento multifactorial individualizado
que abarque los siguientes ámbitos:
Es aconsejable incrementar el consumo
de los alimentos hipocalóricos que
aportan muchas proteínas, vitaminas,
minerales, etc. con una cantidad
pequeña de calorías, desplazando de
la alimentación productos con más
calorías. Es deseable incrementar las
frutas, verduras, hortalizas y cereales
(alimentos cuyo consumo ha disminuido
y se toman con frecuencia en cantidad
inferior a la aconsejada).
Los alimentos hipercalóricos, que
aportan sobre todo calorías, pero
incluyen cantidades bajas de otros
nutrientes esenciales, se deben consumir
de forma moderada. Concretamente se
debe moderar el consumo de grasas,
aceites, dulces y bebidas alcohólicas/
azucaradas.
Algunas vitaminas/minerales intervienen
en el metabolismo energético y su
deficiencia resulta negativa en el control
de peso. Corregir deficiencias en estos
nutrientes (especialmente en calcio,
vitamina C, zinc, magnesio....) resulta
de ayuda en el éxito de un programa
de adelgazamiento.
El aumento en el consumo de líquido,
especialmente agua, es importante,
en cualquier momento del día, tanto
antes, como durante o después de las
comidas. La razón es que en general
todos bebemos menos de lo deseable
y en personas con excesivo apetito el
agua contribuye a llenar el estomago
y a activar señales de saciedad que
llevan a desear dejar de consumir
alimentos antes. Se debe tomar un
mínimo de 1.5-2 litros de agua/día.
Es necesario distribuir los alimentos en
4-5 comidas mejor que concentrarlos
en 1-2, dado que suprimir comidas pone
al organismo en situación de alarma
activándose mecanismos de almacenamiento
de grasa y además, si una persona
suprime una comida llega con más
hambre a la siguiente, lo que lleva a
comer compulsivamente más cantidad
de alimentos y mayor cantidad de grasa.
Suprimir el desayuno es una conducta
equivocada que se observa con mayor
frecuencia en individuos con sobrepeso/obesidad.
Tomar algo a media mañana o hacer
una merienda cuidada, puede hacer que
lleguemos al almuerzo o a la cena sin
hambre y podamos elegir con cuidado
(y probablemente más acertadamente)
los alimentos que constituirán esta
comida.
Es necesario recuperar el balance
energético, tomando una cantidad
algo inferior de calorías (respecto a
las que se suelen tomar) y aumentando
algo la actividad física.
Son preferibles los cambios ligeros y
mantenidos que las modificaciones
exageradas en dieta y actividad, pues
los cambios drásticos no pueden (ni deben)
mantenerse por tiempo prolongado y
su abandono lleva a la recuperación
rápida del peso perdido. Una pérdida
de peso de 0,5-1 kg por semana puede
ser considerada correcta.
Planificar lo que se va a comer y hacer
la compra cuando no se tiene hambre.
No comprar alimentos no previstos y
llevar a la mesa solo lo que se va a comer
(servido en el plato). El servirse sobre
la marcha puede hacer que se tomen
más alimentos de los deseables, sin ser
conscientes.
Organizar las comidas con un horario
concreto y comer despacio, masticando
lentamente. Ser ordenado y regular en
este sentido y evitar comer entre horas.
Emplear poca grasa en el cocinado de
los alimentos. Es preferible el hervido,
plancha, vapor, mejor que rebozados,
fritos, etc.
No conviene pesarse cada día, pues
muchos factores alteran el peso y
pueden confundirnos y llevarnos a
la angustia/obsesión. Pesarse una vez
cada 7-10 días parece más razonable.
10. BENEFICIOS DE HACER DEPORTE.
El ejercicio físico es de vital importancia
en el tratamiento del sobrepeso y de la
obesidad. En la mayoría de las personas la
dieta sola consigue escasos beneficios a la
larga si no va acompañada de un ejercicio
físico moderado y constante, que deberá
mantenerse para el posterior mantenimiento
del peso.
El ejercicio más aconsejable en la práctica
es el moderado y habitual, mejor que el
intenso y esporádico porque este último
quema sobretodo glucógeno y no ayuda a
quemar grasa, además es menos saludable
para personas poco entrenadas. Por otra
parte en individuos con exceso de peso
conviene hacer ejercicio suave y gradual
(especialmente en las primeras etapas) para
evitar lesiones. En todos los individuos
resulta aconsejable el aumentar el tiempo
dedicado a caminar.
El ejercicio nos puede aportar:
- Reducción de la grasa corporal. Cuanto
mayor sea el peso, más calorías se gastan
para el mismo tiempo empleado en el
desarrollo de la actividad física.
- Regulación de la presión arterial,
aumenta los niveles de HDL-colesterol
y disminuyen los triglicéridos. Mejora
la sensibilidad a la insulina y el metabolismo
de la glucosa.
- Aumento de la masa muscular corporal
y con ello en algunas ocasiones se
puede incrementar el peso aunque
disminuya el volumen corporal.
- Mejora la función articular y la densidad ósea.
- Mejora la capacidad cardiorrespiratoria.
- Tiene efectos psicológicos positivos,
ya que el ejercicio produce un mayor
confort, reduce la ansiedad y ayuda a
controlar el estrés.
- En general disminuye la morbi-mortalidad
por todas las causas, por lo que
aumenta la esperanza de vida.
11. MOMENTO/CIRCUNSTANCIAS EN LOS QUE EL RIESGO DE AUMENTAR DE PESO ES MAYOR.
Algunas etapas de la vida están relacionadas,
en algunas personas, con el riesgo de
aumentar peso, aunque no necesariamente
conducen al sobrepeso y a la obesidad.
Por ejemplo en cambios hormonales, debidos
al embarazo, lactancia, menopausia, etc.
El abandono del hábito de fumar, el estrés,
en época de exámenes, en traumatismos,
accidentes, por padecimiento de determinadas
enfermedades crónicas y en algunas otras
circunstancias se pueden producir cambios en
los hábitos de vida y alimentación que pueden
favorecer el padecimiento de sobrepeso y
obesidad.
No hay que olvidar que los hijos de padres
obesos pueden tener mayor predisposición
al padecimiento de obesidad por razones
genéticas, pero también por compartir hábitos
de alimentación y de actividad.
12. PRINCIPALES ERRORES EN DIETAS DE ADELGAZAMIENTO.
En la actualidad el control de peso interesa
a un elevado porcentaje de personas como
consecuencia de la influencia de los medios
de comunicación que tanto preconizan el
llamado “Peso Ideal”. Esto ha favorecido la
proliferación de métodos y dietas para adelgazar
de forma indiscriminada.
Perder peso comiendo de todo, de forma
rápida y sin grandes sacrificios son promesas
frecuentes que se hacen sin tener en cuenta que
algunas de estas dietas pueden ser especialmente
peligrosas para la salud e ineficaces
para el mantenimiento del peso a largo plazo.
Entre los errores detectados en estas dietas
destacamos:
Las dietas muy hipocalóricas suelen ser
muy desequilibradas y producen déficits
importantes de las calorías y nutrientes
imprescindibles en el desarrollo de las
funciones vitales del organismo.
Las dietas disociativas, en las que se
aconseja no combinar alimentos, y las que
indican que algunos de los alimentos
se pueden tomar a una hora y no en
otro momento son erróneas, ya que
establecen limitaciones en el consumo
de alimentos y como consecuencia de
calorías y de algunos nutrientes.
Las dietas excluyentes tienen como
base teórica el que existen diferentes
digestiones para proteínas, hidratos de
carbono y grasas, indicando equivocadamente
que estos tres componentes no
pueden ser digeridos a la vez, y dando
a cada alimento una característica
especifica por su contenido mayoritario
en algún nutriente y sin tener en cuenta
los demás. Por ejemplo al pan lo consideran
hidrocarbonado sin tener en
cuenta que también tiene proteínas.
El temor a los hidratos de carbono,
pan, pasta, arroz, pensando que es lo
primero que hay que eliminar cuando
se intenta perder peso es equivocado,
los hidratos de carbono aportan menos
calorías que las grasas y se toman en
cantidad inferior a la que sería recomendable
(en una alimentación encaminada
a mantener la salud y el peso).
Los productos "light" no están libres
de calorías y "no adelgazan".
Aumentar el consumo de este tipo de
alimentos puede ser un error y llevar
a tomar más calorías de las que se
hubieran ingerido tomando cantidades
moderadas de un producto "no light".
13. ALGUNAS PREGUNTAS QUE SE SUELEN PLANTEAR A LA HORA DE PERDER PESO.
1. ¿El aceite de oliva no engorda, o lo
hace menos el crudo que el cocinado?:
Todos los aceites y grasas proporcionan
9 kcal/g y debe moderarse su consumo
cuando se intenta controlar el peso
y tanto el crudo como el cocinado
proporcionan las mismas calorías.
2. ¿Engorda más la mantequilla o la
margarina?: No hay diferencias entre
ambos productos, en cuanto a las
calorías que aportan, salvo que alguno
de ellos sea “light” y se fabrique específicamente
intentando reducir su
contenido calórico. En cualquier caso
el consumo de estos productos, igual
que el de aceite, debe ser moderado.
3. ¿Se debe limitar el consumo de agua
cuando se intenta perder peso?:
El agua no engorda (pues no proporciona
ninguna caloría) y por el contrario
ayuda en los regímenes hipocalóricos.
Si una persona piensa que retiene
líquido debe consultar al médico, pero
dejar de beber lleva a la deshidratación,
no al adelgazamiento. Esta práctica no
es de ayuda y pone en peligro la salud.
4. ¿Mejor agua o zumo?: Se puede
tomar zumo (preferentemente natural)
en algunas comidas o entre horas,
igual que tomamos fruta (pensando
en las vitaminas, minerales y otros
componentes saludables-fitoquímicos
que nos proporciona). Sin embargo el
zumo de fruta aporta algunas calorías,
y si es comercial mayor cantidad por
el azúcar añadido. Por el contrario, el
agua no aporta calorías, así en personas
preocupadas por su peso el agua debe
ser el líquido de elección.
5. ¿Es útil tomar zumo de pomelo en
ayunas?: Se trata de un zumo de fruta
que no es negativo (por ser hipocalórico),
pero tampoco es milagroso ni ayuda a
quemar/disolver grasa. En cantidad
moderada puede ayudar por efecto
psicológico, pero en cantidad alta
puede ser negativo.
6. ¿Son útiles los productos light?: Si
un producto aporta menos calorías que
otro convencional puede ayudar algo
a reducir nuestra ingesta energética, pero
se debe evitar un consumo excesivo,
pues no se trata de productos “adelgazantes”
sino de productos que reducen
algo su contenido calórico. Un alto
consumo de un producto “light” puede
ser más negativo que el consumo
moderado del homólogo convencional.
7. ¿Engorda el pan? ¿Es preferible tomar
pan tostado?: Todos los alimentos
contribuyen al aumento de peso, pero
lo que influye es el total de calorías
consumidas y no el tomar un producto
concreto. La idea, bastante extendida,
de considerar al pan peligroso en el
control de peso es equivocada y no
existe fundamento para mirar a este
alimento con especial temor. El pan
tostado lo único que pierde es agua y
por unidad de peso tiene más calorías
que el pan sin tostar. El pan de molde
industrial suele tener mayor cantidad
de grasa. Por supuesto si se acompaña
la comida con un producto (no convencional)
que nos recuerda constantemente
que estamos haciendo “dieta”
seguramente nuestras elecciones de
alimentos serán más cuidadas.
8. ¿Ayuda a perder peso el tomar vinagre?:
Es un error pensar que el vinagre puede
llegar hasta las células que contienen
la grasa, disolverla y contribuir a eliminarla,
cualquier efecto derivado del
consumo de vinagre será más bien
psicológico (nos recuerda que estamos
a dieta).
9. ¿Debe evitarse el consumo de fruta
al final de las comidas?: Las calorías
aportadas por una comida son iguales,
independientemente del orden en el que
se tomen los alimentos. Sin embargo
es cierto que comer al principio de la
comida alimentos hipocalóricos puede
servir para llenar el estomago (al
menos en parte) con estos productos,
disminuyendo el consumo de otros
con mayor contenido en grasa, que se
toman posteriormente (cuando ya se
están activando señales de saciedad).
Sin embargo en este sentido podría
servir también el consumo de alimentos
como verduras/hortalizas (trocitos de
zanahoria, ensalada...) al comienzo de
la comida, pues se consiguen los mismos
resultados y no rompemos nuestros
hábitos alimentarios, contribuyendo
además a aumentar el consumo de
verduras y hortalizas (cuyo consumo
medio, en este momento, es inferior
al aconsejado).
10. ¿Es mejor endulzar los alimentos
con edulcorantes o con azúcar?: La
utilización de edulcorantes es una
ayuda para tomar una cantidad algo
inferior de calorías, pero no debemos
sobrevalorar el beneficio. Por ejemplo
si tomamos una ración de tarta y
un café con edulcorante la diferencia
en calorías dependerá principalmente
del tamaño/ingredientes de la tarta
más que de la utilización o no de
edulcorante en el café. No debemos
engañarnos por el hecho de utilizar
edulcorantes, en el caso anterior
hubiera sido preferible el consumo
de café con azúcar, eliminando (o
reduciendo a la mitad) la cantidad
de tarta consumida.
11. ¿Comer sin sal ayuda a adelgazar?:
Comer con sal contribuye a retener
líquido, pero tanto la sal como el
líquido acaban por eliminarse.
Aunque conviene tomar sal en
cantidades moderadas pensando
en la salud), su utilización no tiene
nada que ver en la lucha contra el
sobrepeso/obesidad, dado que la sal
no aporta calorías.
12. ¿Es mejor endulzar con miel?: La
miel también aporta calorías y no
hay una clara ventaja en utilizarla
sustituyendo al azúcar, puede tener
mayor impacto la cantidad final
utilizada.
13. ¿Hay alimentos que engordan
cuando se comen en una hora del
día, pero no en otros momentos?:
El considerar que algunos alimentos
sólo se pueden tomar de día y otros
sólo de noche simplemente contribuye
a establecer limitaciones que nos llevan
a tomar menos calorías, reservando
algunos alimentos (que habríamos
comido por la noche) para comer al
día siguiente (y viceversa). Posteriormente podría suceder que esos alimentos ya no nos apetecieran
en el momento en que “teóricamente”
se pueden consumir sin peligro.
14. ¿Hacer ejercicio da hambre y
no ayuda a controlar el peso?:
En general el ejercicio no suele dar
mayor apetito, pero incluso de ser así el
resultado global en el balance energético
suele ser positivo, además ayuda
a vencer la ansiedad y a mejorar el tono
muscular y la sensación de bienestar.
15. ¿Conviene utilizar lácteos desnatados?:
Por supuesto los lácteos desnatados
y semidesnatados son una alternativa
interesante para las personas preocupadas
por su peso. Con excepción de los
niños, salvo expresa prescripción médica.
Por otra parte, en el grupo de los lácteos
el consumo de leche, yogur, leche
fermentada... debe ser prioritario
sobre el consumo de quesos (estos se
deben tomar con mayor moderación,
por su elevado contenido calórico).
16. ¿Engordan las vitaminas?: Las vitaminas
son nutrientes que no aportan calorías
y no contribuyen al incremento de peso.
Cuando se siguen dietas hipocalóricas
puede ser necesario un suplemento/
consumo de alimentos fortificados pues
normalmente se toman cantidades
insuficientes de diversos nutrientes.
Aunque en este terreno el asesoramiento
del farmacéutico, médico o de un profesional
experto en nutrición resulta conveniente.
14. EJEMPLOS ÚTILES EN LA PLANIFICACIÓN DE DIETAS HIPOCALÓRICAS ENCAMINADA A CONTROLAR/PERDER PESO.
Se incluyen ejemplos para 3 días, aportando
1443-1716 kcal/día.
Este tipo de planificación de la dieta permite
controlar el peso, mejorar la situación nutricional
y la salud, mientras que los ayunos esporádicos o
las dietas muy restrictivas ponen al organismo en
situación de alarma y tiende a ahorrar energía.
Es indudable que en personas con sobrepeso,
perder peso es una prioridad, pero no es
aceptable cualquier medida, las que tienen
como base la mejora de la alimentación y
su aproximación a las recomendaciones
son las más seguras y defendibles.
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