LOS REFRESCOS EN LA COCTELERÍA. LA MEZCLA PERFECTA.
Desde su nacimiento hace más de 200 años los refrescos han formado parte de la coctelería como un ingrediente esencial. Su enorme variedad, sus propiedades organolépticas, sus matices y su buen sabor los han convertido en indispensables.
1. ¿Qué es un cóctel? 2. El origen de la mezcla. 3. Refrescos y cócteles, una historia muy cercana. 3.1. Del Caribe a Estados Unidos. 3.2. Los años dorados de la coctelería. 4. Tipos de cóctel.
Desde su nacimiento hace más de 200 años los refrescos han formado parte de la coctelería como un ingrediente esencial. Su enorme variedad, sus propiedades organolépticas, sus matices y su buen sabor los han convertido en indispensables a la hora de hacer una buena mezcla.
“El cóctel es el arte de mezclar sabores con equilibrio”. José Ángel Sierra. Secretario General de la Asociación de Maîtres y Camareros Españoles (AMYCE) y Jefe de Relaciones Externas de la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid.
1. ¿QUÉ ES UN CÓCTEL?
La definición moderna de cóctel dice que es una bebida compuesta por dos o más ingredientes combinados o mezclados que se sirven como trago largo o copa corta, es decir en copas o vasos altos o bajos.
Pero un cóctel no es sólo una mezcla de bebidas, es una oportunidad para descubrir nuevas sensaciones, evocar un recuerdo o trasladarnos a un lugar remoto del mundo a través de la más sofisticada unión de sabores.
2. EL ORIGEN DE LA MEZCLA.
La palabra cóctel procede del inglés cock tail, es decir, cola de gallo. Sin embargo, no está claro por qué la mezcla de distintos ingredientes en una bebida acabó recibiendo esta denominación. Son muchas y muy variadas las versiones que se consideran al respecto.
Lo más probable es que el origen de la palabra se encuentre en México. Tras el descubrimiento de América, los colonos se aficionaron a las peleas de gallos, que tenían lugar en tabernas y hostales a lo largo de todo el país. Durante los encuentros bebían mezclas de bebidas que tenían distintos colores. Uno de los participantes, dicen, comentó que el brebaje parecía una cola de gallo. Como las peleas eran más que frecuentes el término se popularizó para hacer referencia a una mezcla de bebidas.
A través del tiempo, el cóctel siempre ha estado ligado a los eventos, al ocio y a la diversión. Su presencia ha sido tan importante en este tipo de reuniones que su concepto ha traspasado fronteras y ha conquistado nuevos significados. Así, desde hace décadas un cóctel no se refiere ya únicamente a un combinado, sino que también hace alusión a una reunión o fiesta que tiene lugar al final de la tarde y en la que, según la Real Academia de la Lengua, se consumen bebidas.
3. REFRESCOS Y CÓCTELES, UNA HISTORIA MUY CERCANA.
Burbujeantes, chispeantes, refrescantes, divertidos… tomar un refresco es una forma muy agradable de saciar la sed. La gran cantidad de sabores que existen, los distintos tipos que hay y sus llamativos colores los convierten, además, en un ingrediente básico en el mundo de la coctelería. De hecho, prácticamente desde su origen, los refrescos y los cócteles han estado vinculados y han evolucionado de la mano.
Disfrutar de un cóctel es un momento de placer en el que el paladar siempre descubre nuevas sensaciones. Las bebidas refrescantes, con sus propiedades organolépticas, sus aromas, sus matices dulces, ácidos o amargos y sus burbujas han contribuido desde hace más de 200 años a potenciar el sabor de los combinados y, por eso, son uno de los ingredientes principales a la hora de elaborar un buen cóctel.
Las combinaciones de bebidas tienen un origen milenario. Ya en la Grecia clásica se mezclaban distintos caldos con miel y plantas aromáticas, con el fin de conseguir bebidas más agradables. De hecho, uno de los primeros testimonios que hace referencia a la combinación de distintos ingredientes para conseguir una bebida diferente y deliciosa procede de Hipócrates, en torno al año 400 a.C.
3.1. Del Caribe a Estados Unidos.
Sin embargo, el origen del cóctel tal y como lo conocemos actualmente se sitúa, según los expertos, en las islas Caribe y es mucho más reciente. Su tradicional cultivo de la caña de azúcar llevó a sus habitantes a mezclar los sabores dulces con los agrios en bebidas únicas.
Unos años más tarde, el término cóctel aparece por primera vez escrito y, además, ligado ya a las bebidas refrescantes. Se trataba del periódico americano The Balance and Columbian Repositor y era el verano de 1806. En dicha publicación se incluyó la primera receta publicada, elaborada a base de bitter, y se definió el cóctel como “una bebida estimulante compuesta por diversos líquidos, a la que se añaden azúcares, agua y bitters”. Fue el primer paso para su popularización y, de hecho, 30 años más tarde Charles Dickens ya emplea la palabra cóctel en una de sus obras, haciendo alusión al afán del personaje Hawkins, en Oliver Twist, por estas mezclas.
Desde un principio los refrescos se convirtieron en uno de los ingredientes principales de los cócteles. Su enorme variedad de sabores como la cola, la naranja, el limón, la tónica o el lima-limón multiplicaban las posibilidades de crear mezclas fantásticas y refrescantes.
Unos años después, en 1862, un conocido barman neoyorquino, Jerry Thomas, escribió The Bartender Guide, una recopilación de 236 recetas, en el que aparece por primera vez un listado de 13 mezclas bajo el apartado de Cócteles y crustas, lo que indica que ya comenzaban a ser bebidas demandadas y que suscitaban el interés de una parte de la población americana.
3.2. Los años dorados de la coctelería.
Fue precisamente en Estados Unidos donde se popularizó su consumo. Durante los maravillosos años 20 Norteamérica vivió un momento de esplendor económico, artístico y cultural. El glamour, la elegancia y la innovación eran las características predominantes en la sociedad y los cócteles supieron empaparse del ambiente del momento. Nacieron así infinidad de mezclas con refrescos inspiradas en los iconos románticos y las estrellas de cine de la época y muchas de las míticas combinaciones que constituyen la base de casi todas las actuales. En un primer momento fue la alta sociedad la que acogió con entusiasmo la originalidad de las nuevas bebidas para disfrutarlas antes de la cena, tanto en casa como en los restaurantes más lujosos. Y así, poco a poco su consumo comenzó a extenderse.
Desde este primer momento los refrescos se convirtieron en uno de los ingredientes principales de los cócteles. Su enorme variedad de sabores como la cola, la naranja, el limón, la tónica o el lima-limón multiplicaban las posibilidades de crear mezclas fantásticas y refrescantes. Además, los refrescos con gas comenzaron a ser muy apreciados por los barmans porque se dieron cuenta de que las burbujas potenciaban el sabor y el aroma de los cócteles haciendo que la mezcla resultase mucho más intensa y agradable para el paladar.
La popularización de los refrescos y la fiebre de los cócteles se produjo de forma paralela. Mientras los refrescos pasaban a formar parte del día a día de millones de personas en todo el mundo, el hábito de tomar combinados cruzó también el Atlántico y llegó a Londres, París y Montecarlo. El célebre bar Americano del hotel Savoy de Londres o el Harry’s Bar de Nueva York se convirtieron en lugares de reunión en los que los personajes más famosos y glamurosos se daban cita para disfrutar de la noche en compañía de una bebida diferente.
Desde entonces la cultura de los cócteles ha evolucionado estrechamente ligada a la sociedad y a los acontecimientos históricos y ha ido incorporando las nuevas propuestas de bebidas refrescantes que la industria ha sacado al mercado para adaptarse a los nuevos gustos y necesidades de la población.
Actualmente disfrutar de los refrescos en forma de cóctel se ha convertido en un arte que cada vez saben apreciar más personas. Desde los sabores más delicados y perfumados, hasta los más secos y fuertes hay una variedad infinita dispuesta a sorprendernos y a hacernos pasar un momento de auténtico placer para los sentidos.
4. TIPOS DE CÓCTEL.
Tomarse un cóctel siempre es agradable, pero esta sensación es aún mejor si lo hacemos con la compañía adecuada y elegimos el combinado perfecto para cada momento. Así, podremos disfrutar de un sabor diferente y único en cada lugar y en cada situación, que nos hará experimentar sensaciones nuevas y disfrutar todavía más de cada instante.
Saber qué cóctel pedir o elaborar es más sencillo de lo que parece a primera vista. Sólo hace falta conocer qué ingredientes combinan mejor, qué mezclas son más adecuadas para cada momento del día o qué texturas pueden tener. En líneas generales los expertos hacen una división de cuatro tipos de cócteles:
- Aperitivos: Son cócteles secos y poco dulces que suelen llevar nombres relacionados con el mar. En ellos deben predominar los refrescos y las frutas cítricas, como el maracuyá, el kiwi, la mandarina, la naranja, el limón, el pomelo o las uvas. - Refrescantes: Elaborados a base de frutas y refrescos, se caracterizan por la ausencia total, entre sus ingredientes, de bebidas alcohólicas. - Digestivos: Un complemento excelente para las sobremesas, son cortos y sus sabores, dulces. Su principal función es facilitar la digestión de los alimentos y suelen prepararse con refrescos de cola o naranja, granadina, melocotón, fresa, crema de leche y helados. - Nutritivos: Llevan ingredientes como huevo, leche o nata y suelen tomarse en las sobremesas. En lugar de servirse en vasos o copas se presentan en la mesa en recipientes grandes de los que se sirven los comensales.
Según su sabor puede ser:
- Dulce. Son los preferidos a media mañana o como postre tras las comidas. Suele emplear refrescos de cola o naranja, así como bebidas de té. - Seco. Los refrescos con notas cítricas o los amargos como el bitter son los más apropiados para este tipo de cócteles, que incorporan ingredientes con aromas intensos y fuertes. - Cítrico. Sus ingredientes principales son los refrescos y las frutas de limón, naranja o lima. Se toman sobre todo entre platos. - Amargo. Suelen utilizar bebidas refrescantes como el bitter o la tónica.
De acuerdo con su textura existen ciertos tipos:
- Cremoso. Son sobre todo cócteles nutritivos que utilizan ingredientes como helados o yema de huevo. Habitualmente se toman como postre. - Gaseoso. Son muy ligeros y se suelen emplean para acompañar las comidas. - Granizado. Es muy refrescante, sobre todo para épocas de mucho calor como el verano. Los granizados suelen ser tragos cortos para evitar que el hielo se deshaga y estropee la mezcla. - Suave. Mezcla frutas y especias con refrescos de cola o naranja que dejan una agradable sensación en el paladar.
El estilo influye, asimismo, en el tipo de cóctel que se puede elaborar. Se diferencian varios:
- Clásico. Es el que emplea una coctelera de tres cuerpos, la más utilizada en España. Dentro del estilo clásico se puede hacer en forma de uve, en zigzag lineal, en rotación y traslación o con movimiento de muñeca. - Moderno. Emplea botellas con dosificadores. - Tropical. Utiliza una batidora o licuadora y luego se sirve en el cristal en forma de nieve. - Americano. Emplea la coctelera de dos cuerpos, que tiene una parte de cristal y otra metálica. Mezcla los ingredientes y filtra el líquido después. - Creativo o estilo libre. Es el más llamativo porque mueven en el aire todos los instrumentos que utiliza, desde las botellas y los vasos hasta la coctelera.
En función de la cantidad de líquido existen dos tipos:
- Tragos largos. Se sirven en copas o vasos altos. Están pensados para disfrutar de forma relajada. - Tragos cortos. Tienen menos cantidad que los tragos largos y, por eso, se sirven en cristales más pequeños.
Fuente: ANFABRA. Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas.
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