Antes de 2015, España superará a Francia como primer productor mundial de vino debido a los cambios en la forma de consumir y a un desgaste de la competitividad de los vinos franceses.
La producción francesa pasaría de 52,8 millones de hectolitros en el periodo 2000-2004 a 43,9 millones en 2015, estimó el Centro de Investigaciones para el Estudio y la Observación de las Condiciones de Vida (CREDOC) en este estudio.
Los vinos franceses son castigados por la reducción del volumen que se consume, sobre todo de los vinos tintos, un fenómeno al que resisten mejor los tintos españoles.
Respecto a las exportaciones, lo viticultores franceses sufrirán una pérdida de mercado en los mercados tradicionales y en los emergentes (China, Japón...) frente a la competencia de los nuevos productores en América y Oceanía, más agresivos y eficaces a nivel comercial.
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