La Comisión Europea (CE) ha propuesto reformar las normas europeas que regulan los productos con denominación de origen, además de una revisión de otros certificados para acreditar la calidad de alimentos y bebidas como ''comercio justo'', ''aceite virgen extra'' o ''agricultura ecológica''.
El Ejecutivo comunitario ha presentado el ''Libro Verde'', con el que pretende mejorar las reglas para la venta de alimentos y bebidas que cuenten con algún distintivo de calidad.
Según la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, el objetivo es ''abrir una consulta con el sector'' para ver cómo se puede sacar más partido a los productos con categoría que se producen en la UE y protegerlos mejor a escala internacional.
Una de las cuestiones es cómo reforzar la defensa de denominaciones como el ''Queso manchego'' o ''Turrón de Jijona'' ante litigios con otros países no comunitarios, por ejemplo Argentina o México por el uso de esta mención.
En la UE, más de 3.000 alimentos y bebidas están incluidos en el el registro de Denominaciones de Origen (DOP), Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) y especialidades tradicionales garantizadas (ETG).
España cuenta con unos 150 alimentos amparados alguna de estas tres menciones; aparte hay más de 60 denominaciones de origen de vino, sin contar con otras designaciones como ''vinos de la Tierra''.
La denominación es la designación más estricta en lo que se refiere a criterios geográficos, ya que debe ser producida, comercializada y transformada en una zona; en la IGP al menos parte de estos procesos se deben dar un área geográfica.
La UE admite también la solicitudes de denominaciones para productos no europeos; de hecho ya ha reconocido el ''Café de Colombia''.
En general, Bruselas pretende ''simplificar'' las reglas y en el Libro Verde interroga sobre la eficacia de que el consumidor encuentre en los alimentos tanta variedad de logos, desde las denominaciones hasta los que a lo mejor una cadena de supermercados o una región puedan poner para designar un tipo de productos.
En cuanto a las denominaciones, Bruselas cuestiona si habría que equiparar las reglas para las de alimentos, por un lado y las de vinos y bebidas, que son diferentes.
La Comisión se pregunta en su proyecto si está justificada la protección de los 3.000 productos que están en el registro de DO, IPG o ETG, pues muchos de ellos no son exportados.
Por ejemplo, en el caso de la ETG (una treintena y tres españolas), que destaca una composición tradicional del producto, como el ''jamón serrano'' o los ''panellets'', Bruselas se interroga sobre si esta mención no debería desaparecer y cambiarse por otra.
El Libro Verde afecta también sobre cómo regular las etiquetadas de alimentos transformados, que en sus ingredientes usan productos con denominación, como por ejemplo las pizzas o las conservas con aceites de calidad.
El Libro Verde también alude a calificativos como ''aceite virgen extra'' o ''al aire libre'' (para huevos o pollos) y a menciones de tipo ético como ''comercio justo''.
Según fuentes comunitarias, en estos casos una de las ideas es ver si hay que dar más ''flexibilidad'' a los países o a los sectores a la hora de establecer, por ejemplo, los criterios para darle una mención a un producto y Bruselas se limitaría a darles el visto bueno.
El amparo de las denominaciones de origen es una de las demandas clásicas de la UE dentro de las negociaciones internacionales, como la de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o los acuerdos bilaterales.
Fischer Boel ha recordado que en la última negociación de los socios de la OMC para la liberalización comercial, en julio en Ginebra, la UE constató que hay muchos países que la apoyan en la necesidad de reforzar la protección de las denominaciones.
El Libro Verde incluye un conjunto de cuestiones, abiertas al público, que la Comisión recopilará con vistas a presentar propuestas legales en 2009.
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