El seitán es un alimento originario de Japón y su aspecto es el de una masa de color marrón. Se trata de la proteína del trigo, el gluten, que se obtiene al tratar el grano. Conocido también de forma común como ''carne vegetal'', constituye una óptima forma de hacer la dieta más variada y completa.
Según el análisis medio del etiquetado del seitán, de su aporte nutritivo destaca su abundancia proteica; unos 24 gramos de proteínas por cada 100 gramos de producto, su bajo contenido de grasas y la ausencia de colesterol (por tratarse de un derivado vegetal). El sabor de este alimento es muy suave, resulta fácil de digerir y su valor energético es reducido; alrededor de 125 calorías por 100 gramos.
PASO A PASO
Las aplicaciones culinarias del seitán son muy similares a las de la carne.
Para preparar seitán se necesita un kilo de harina de trigo, un litro de agua, un vaso de agua de tamari (salsa de soja), una cabeza de ajos, condimentos y especias varias al gusto (una cucharadita) y un trocito de alga kombu (opcional).
Para elaborarlo, en primer lugar se amasa la harina con agua, tal y como se elabora el pan. Cuando esté bien amasada, se deja en un recipiente cubierta de agua durante media hora o 45 minutos. A continuación, se lava la masa dentro del agua, y ésta comenzará a volverse blanca debido a que el almidón empezará a desprenderse. Cuando el agua esté muy blanca, se tira y se pone agua limpia. Hay que continuar con el proceso de lavado hasta que el agua quede transparente para asegurar la eliminación total del almidón. De este modo, sólo queda el gluten en forma de una masa pegajosa. Se hace una bola y se divide en dos o tres trozos.
A su vez, se puede poner a hervir el litro de agua con el vaso de salsa de soja, los ajos y el alga kombu. Cuando el agua hierva, se añaden las bolas de seitán y se deja hervir el conjunto a fuego lento durante unos 45 minutos. Se apaga el fuego y se deja tapado hasta que se enfríe. Una vez frío, se cortan las bolas en rodajas. En la nevera, el seitán se conserva unos tres o cuatro días, si bien se puede congelar durante meses. Conviene congelarlo en bolsas individuales, indicando la fecha de congelación para descongelar sólo la porción justa en el momento en que se vaya a consumir.
AFINIDADES CON LA CARNE
Las aplicaciones culinarias del seitán son muy similares a las de la carne. Se puede consumir a la plancha, frito, rebozado o empanado, estofado, como ingrediente de albóndigas y croquetas vegetales, y admite el acompañamiento de guarniciones como cualquier filete.
En CONSUMER EROSKI se pueden encontrar algunas recetas saludables en las que el seitán es protagonista indiscutible: seitán con salsa de cacahuetes; quinua estofada con seitán y maíz; berenjenas gratinadas con seitán y setas; seitán estofado; canelones de espinacas y seitán o de seitán y setas; tumbet de verduras y seitán; espaguetis con seitán; seitán a la brava o con salsa roquefort.
CARNES VEGETALES
Las llamadas ''carnes vegetales'' pueden hacer que la dieta de la persona vegetariana sea más variada y para garantizar un aporte adecuado de nutrientes. La utilización de este tipo de productos puede ser un paso progresivo hacia la dieta vegetariana en personas que previamente llevaban a cabo una dieta mixta tradicional.
Su consumo puede redundar en beneficios para la salud ya que se trata, por lo general, de alimentos enriquecidos en nutrientes y que aportan menos grasa y nada de colesterol, a diferencia de las carnes. Además del seitán, están el tofu (cuajado del batido de soja con aspecto de queso y de sabor insípido), el tempeh (fermentado de la soja, generalmente enriquecido en vitamina B12), la proteína de soja texturizada (por su proceso de elaboración, ya tiene aspecto de filete) y la proteína de soja en polvo, comúnmente empleada en la elaboración de hamburguesas y albóndigas vegetales. Todos estos productos se pueden congelar.
El seitán, el tofu y el tempeh vienen generalmente envasados al vacío y pueden conservarse hasta tres meses en el frigorífico. Una vez que se abren, se recomienda congelar lo que no se vaya a comer y el resto se debe consumir en una semana como máximo, conservado en un recipiente con agua en la nevera.
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