El intenso crecimiento demográfico y el aumento de la creación de nuevos hogares en España han impulsado el avance del consumo agregado desde finales del siglo XX.
Lo que ha ocurrido en nuestro país en los últimos 13 años (1993-2006), cuando la población ha aumentado notablemente, es que el consumo medio por habitante ha registrado un crecimiento más moderado. En este consumo, determinados bienes, como la alimentación, exhiben un ''patrón cíclico suave'' y el gasto medio por habitante tiende a fluctuar en menor medida que el gasto en períodos de fuerte expansión demográfica, según el último informe Económico del Banco de España.
Si en el año 1993 el consumo de alimentos y bebidas alcohólicas suponía el 19,5 por ciento del total de consumo y ocupaba el primer puesto en cuanto a gasto en los hogares, en el año 2006 fue del 13 por ciento, pasando así a un tercer lugar, después de hoteles, cafés y restaurantes, que crece del 16,1 por ciento (1993) al 17,2 por ciento (2006) y de Vivienda, agua, electricidad, gas y otros, del 13,1 al 15,7 por ciento.
También influye sobre el gasto medio por persona la recomposición de la estructura de consumo hacia bienes y servicios, cuya demanda tiende a elevarse con el desarrollo económico y el nivel de renta pér cápita. Así, la pérdida de peso de los alimentos o el incremento que ha registrado el gasto en comunicaciones, o cuidados personales, constituyen algunos ejemplos de cómo dichos cambios sociales tienden a elevar el crecimiento medio del consumo, ya que el gasto pér capita en alimentos avanza a un ritmo inferior a la media, mientas que los bienes y servicios ganan peso.
En cuanto al resto de sectores, el consumo en transporte ocupa el cuarto lugar con un 11,6 por ciento (aunque disminuye respecto a 1993 que suponía el 13,5 por ciento). Le sigue el consumo en otros bienes y servicios (10,1 por ciento por el 6,6 por ciento de 1993), ocio, espectáculos y cultura con el 9,8 por ciento (5,8 por ciento en 1993), y artículos de vestir y calzado así como mobiliario y equipamiento del hogar que alcanzan el 5,7 por ciento, disminuyendo en ambos casos respecto a 1993, cuando implicaban un 8,1 y un 6,9 por ciento respectivamente.
Por debajo del cinco por ciento se sitúa el consumo en bienes con relación a la salud (3,6 por ciento), comunicaciones (3,5 por ciento) bebidas alcohólicas, tabaco y narcóticos (2,6 por ciento) y educación (1,4 por ciento).
Rose Mary Acedo
¡Plazo de matrículación abierto!