Alejandro Vassilaqui, comentarista de El Comercio, indica que cada cierto tiempo surgen iniciativas que promueven el uso de la hoja de coca en la alimentación humana, como el estudio de Duke, Aulik y Plowman en el Boletín del Instituto de Botánica de la Universidad de Harvard, que encuentra proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales, en alta proporción, por haberla comparado con otras plantas no desecadas.
Sin embargo, los estudios sobre el valor alimenticio de cualquier producto deben hacerse en animales y en situaciones controladas, ya que la presencia de proteínas no asegura que estas tengan valor nutritivo.
Mucho se ha hablado, además, del contenido de calcio, sin considerar que no existen cofactores en la hoja como la vitamina D que permitan su absorción. La presencia de antinutrientes, capturadores de calcio también limita su absorción.
Quienes presentan como argumento los resultados del ''llamado estudio de la Universidad de Harvard'' (Duke, Aulik y Plowman) nunca mencionan las conclusiones que recomiendan no usar la hoja de coca para el masticado, por el daño que ocasionan los alcaloides que se encuentran en ella.
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