Enviar

Imprimir

 

El sueño es triunfar en Greenwich Village, Nueva York; obtener un espacio en una tienda de especialidades de Shibuya, el ultra caro barrio Tokio, o vender en un supermercado en el no menos exclusivo Notting Hill, en Londres.

Para las empresas de alimentos chilenas, desde las de uva de mesa a las de carne de cerdo, el mercado natural son los países desarrollados. Se entiende: allá se encuentran los consumidores de mayores ingresos en el mundo.

Por eso, no es de extrañar que para muchos en la industria chilena de los alimentos, hablar de Ciudad de México, Bogotá o Sao Paulo suena más a una escala de avión rumbo a los mercados ricos del hemisferio norte que a una veta de negocios interesante.

Y para qué hablar de los alimentos gourmet. Todo apuntaría a que en América Latina el interés sería cercano a cero.

Craso error. Paradójicamente, es en nuestro tan mirado en menos barrio donde hay oportunidades más interesantes para el naciente segmento de empresas gourmet chilenas.

''Para los que no nos dedicamos a vender commodities alimentarios, Latinoamérica representa un mercado muy interesante. Hay una demanda fuerte en algunos países, además de una cercanía cultural y geográfica, lo que facilita el crecimiento para las empresas pequeñas y medianas'', afirma Sebastián Dib, vicepresidente de la Asociación de empresas gourmet (Asogourmet).

YOUNG TIGERS

Con la crisis económica en ciernes es fácil olvidarse que el último lustro fue uno de los mejores períodos de la historia económica de América Latina. De la mano del boom de los commodities, la clase media se expandió en la mayoría de los países y la masa crítica de consumidores de productos gourmet se disparó.

''En México hay una generación emergente llamada ''young tigers''. Son jóvenes profesionales con ingresos altos, que viajan continuamente al exterior, están preocupados de su bienestar y tienen gustos cosmopolitas. A ellos hay que sumar también los sectores de altos ingresos más tradicionales. Eso ha motivado el desarrollo de cadenas de retail gourmet como City Market'', afirma Manuel José Prieto, encargado de ProChile en Ciudad de México.

Según cálculos de Prieto, en México hay un mercado potencial de 7 millones de consumidores con ingresos similares a los de países desarrollados. A eso hay que agregar los numerosos de altos ingresos que llegan a las costas aztecas.

''En Cancún son cerca de 40 mil camas de hoteles de lujo y en Vallarta 18 mil. Eso genera una importante masa de población flotante de consumo de alimentos de altísima calidad'', afirma Rossy Cherem, directora comercial de Tendencia Gastronómica, una de las mayores importadoras de productos gourmet de México y asistente a la Macro Rueda de Negocios de Puerto Varas, recientemente organizada por ProChile con la participación de más de 200 empresarios y ejecutivos de distintas zonas de la región.

En Brasil, el país más grande de Latinoamérica, los números son aún mayores. Ricardo Moyano, encargado de ProChile en Sao Paulo, estima que son 40 millones los consumidores con ingresos sobre los 9 mil dólares.

''El consumo de productos gourmet se ha disparado. Por ejemplo, uno de los aceites de oliva más exitosos del último tiempo en Brasil es uno griego: se vende a US$ 20 los 500 cc. En tanto, un Don Melchor tiene valor de US$ 140 (unos 90 mil pesos) y tiene una buena demanda'', señala Moyano.

BUENA IMAGEN

Una de las grandes ventajas de América Latina como mercado es que Chile es mucho más conocido que en los países desarrollados. Aún más importante, tiene la imagen de país serio y confiable.

A eso hay que agregar el potente ''chorreo'' gourmet que genera la buena recepción del vino chileno entre los consumidores.

''Hasta hace poco no había muchos productos chilenos que fueran conocidos. Ahora está surgiendo con fuerza la demanda por aceite de oliva, pues los brasileños tienen una muy buena percepción sobre el vino chileno'', afirma Jualiana Baialuna, gerenta de importaciones del grupo importador Castelo Alimentos.

Según explican varios importadores latinoamericanos, entrevistados en el marco de la Macro Rueda de Negocios de ProChile, hay otra razón de peso para que el país se vuelva un proveedor interesante de productos gourmet: la crisis económica mundial.

Mientras que muchos consumidores ya quedaron con el gusto adquirido por alimentos más sofisticados, el alto valor del euro y la desaceleración de las economías latinoamericanas ponen trabas crecientes a la importación de productos gourmet de Francia, Italia y España, los tradicionales abastecedores.

''Creo que el fuerte interés por el aceite de oliva chileno en México se debe tanto a la buena imagen del país como a que se hizo muy caro importarlo desde España'', reconoce Rossy Cherem.

ALTA CALIDAD

Como dueña de Mickelsen, una empresa productora de mermeladas y conservas, Patricia Concha tiene claro que se debe al momento de lanzarse a la conquista de los nichos gourmet de América Latina.

''A pesar de que hemos tenido éxito en EE.UU., nuestro principal mercado es Colombia. Lo que recomiendo es que primero las empresas gourmet ganen experiencia en el mercado interno antes de lanzarse a exportar. En segundo lugar, que la calidad de los productos tiene que ser la mejor, no se puede pensar en Latinoamérica como un destino de alimentos de calidad inferior. También es importante mostrar preocupación con los importadores'', afirma Concha.

En tanto, Ricardo Moyano es enfático en recordar que hay que respetar las normativas de los países de destino.

''En el caso brasileño hay muchas normas que hay que sortear. No se puede pensar que porque estamos en América Latina las obligaciones serán más laxas'', concluye Ricardo Moyano.

Actualidad

¡Plazo de matrículación abierto!

Prueba gratuita