Una alimentación rica en vegetales como zanahorias, repollo, espinacas, brócoli, guisantes, coles de Bruselas y maíz, entre otros, puede prevenir la pérdida de visión, según señala Cidema en su página web. Por el contrario, advierte, una dieta pobre, por ejemplo, la denominada comida basura, puede favorecer la degeneración de la mácula.
La luteína y la zeaxantina, dos carotenoides que son pigmentos maculares, desempeñan un papel determinante en la protección de los ojos. Investigaciones científicas prueban que ambos componentes actúan como unas «gafas de sol internas» filtrando la luz azul y protegiéndolos de los radicales libres. Estos carotenoides de la retina son los principales componentes del sistema de defensa del ojo frente a la radiación solar.
Investigaciones sobre la mácula han mostrado la efectividad para la salud visual de la siguiente dosis diaria de micronutrientes: Luteína 12 mg, zeaxantina: 1 mg; vitamina C: 120 mg; vitamina E: 17,6 mg; selenio: 40 mg y zinc. 10 mg. En la UE consumimos de media entre la sexta y la octava parte de esta dosis, con una tendencia a ingerir cada vez menos. Debemos tomar tres o cuatro veces más cantidad de aquellos vegetales que contienen luteína y zeaxantina como son coles, berzas y espinacas, así como brócoli, guisantes, coles de Bruselas o maíz. O tomar suplementos alimenticios que contengan las dosis necesarias.
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