Los tiempos han cambiado. Ahora, los alimentos sanos ganan cada vez más importancia, el factor tiempo es uno de los más valorados por la sociedad y han aparecido en el mercado dos nuevos targets de consumidores: los inmigrantes y los solteros. Esto obligará a la industria de la alimentación a replantearse las fórmulas que han utilizado hasta el momento para llegar al público. La competencia continuará existiendo y el consumidor elegirá dónde adquirir los alimentos, además de por la proximidad del establecimiento, la relación calidad-precio y el surtido, por nuevos motivos emergentes como la calidad del servicio y la mejor marca blanca de la tienda.
El viejo modelo de establecimiento de alimentación, con pasillos estrechos, muchos productos y orden más que discutible, ha quedado obsoleto. Los consumidores modificarán el estilo de compra, visitando los establecimientos con menor frecuencia, durante menos tiempo y aumentando la cesta promedio. Son las principales conclusiones del estudio Demandas del Comprador de Futuro, encargado por la feria Alimentaria a la consultora TNS, que desarrolla una completa radiografía sobre el consumidor actual y dibuja con la máxima precisión las demandas del comprador en un futuro inmediato.
La búsqueda de productos sanos, el acortar los tiempos de preparación de las comidas y la elección de los productos que satisfagan su paladar serán los tres principales argumentos de compra que esgrimirán los consumidores a la hora de escoger los productos alimenticios en un futuro. Ahora bien, el estudio constata también que el enfoque de los fabricantes y la industria a targets mayoritarios reduce las probabilidades de éxito. Tan sólo el 15% de los lanzamientos masivos tienen la acogida esperada. Por ello, para lograr el favor del público, los fabricantes y establecimientos deberán especializarse.
Lo más importante para el consumidor del futuro será el ahorro de tiempo y la reducción de los actos de compra, visitará menos las tiendas pero comprará más cosas cada vez. La competencia continuará existiendo y el consumidor elegirá dónde adquirir los alimentos, además de por la proximidad del establecimiento, la relación calidad-precio y el surtido, por nuevos motivos emergentes como la calidad del servicio y la mejor marca blanca de la tienda. La clave de la supervivencia de los establecimientos la tendrán los hogares unipersonales, los consumidores sénior y los inmigrantes.
Datos a tener en cuenta son que uno de cada diez españoles es ya de origen extranjero y que al menos, el 21% de los hogares está compuesto por un único miembro. Estos precisamente son los llamados singles, personas solteras, viudas o divorciadas con unas pautas de ocio y de consumo por encima de la media. Algo que les convierte en codiciado objeto de deseo de las grandes empresas y a las que dedican una buena parte de su estrategia de marketing o, incluso, diseñan productos a la medida de sus necesidades. En general, este colectivo suele llenar sus despensas con productos que ofrecen propuestas monodosis o de rápida elaboración, como son las sopas y cremas, platos preparados y precocinados.
Por último, este estudio también ha analizado las quejas de los consumidores sobre los establecimientos y ha llegado a la conclusión de que los requisitos que deben ser cumplidos por las tiendas del futuro son la incorporación de carritos inteligentes con mapas y cálculo de gasto, áreas de descanso, guarderías, información constante, distinta distribución de los espacios y, sobre todo, especialización.
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