Los patos, la gente y los arrozales, -más que los pollos -, son los principales factores detrás de los brotes de gripe aviar altamente patógena en Tailandia y Viet Nam, y lo son probablemente de su persistencia en otros países cercanos como Camboya y Laos.
En ''Cartografía de la gripe aviar altamente patógena en el Sudeste asiático: los patos, el arroz y la gente'', informe que aparece en el último número de la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States (PNAS), un grupo de expertos de la FAO y de centros de investigación asociados examinan las diversas oleadas de gripe aviar altamente patógena ocurridas en Tailandia y Viet Nam, entre principios de 2004 y finales de 2005.
Coordinados por el veterinario de la FAO Jan Slingenbergh, los investigadores han aplicado un sistema de modelos estadísticos para establecer los diferentes factores que han contribuido a la propagación del virus, incluyendo las cifras de patos, ocas y pollos, tamaño la población humana, cultivo de arroz y datos de la geografía local. El número de patos y personas, y el tamaño de los arrozales resultaron ser los factores más significativos, incluso si los dos países han combatido los brotes de forma diferente.
Lazos estrechos
El documento subraya que existen fuertes lazos entre las formas de criar patos y la intensidad de cultivo del arroz. Los patos se alimentan sobre todo de los granos de arroz que quedan en los campos tras la cosecha, por ello los patos que se crían en libertad en ambos países se mueven siguiendo las pautas de la recolección del arroz.
En Tailandia, por ejemplo, se detectó que la proporción de patos jóvenes en las bandadas se elevaba en los meses de septiembre y octubre. Estos ejemplares jóvenes se benefician por lo tanto de la cosecha de arroz en noviembre-diciembre. Los patos para carne se sacrifican alrededor del Año Nuevo chino, un momento en el que el volumen de ventas y transporte de patos aumenta de forma considerable.
Estos picos en la concentración de patos indican períodos en los que se produce un aumento de posibilidades de que el virus se propague, y los arrozales se convierten a menudo en un hábitat temporal para especies de aves silvestres.
Definir esta pauta fue posible gracias al uso de mapas satelitales del cultivo de arrozales teniendo en cuenta el tiempo, la intensidad de cultivos y los lugares de cría de patos. La intersección entre estos datos, junto a la cronología de los brotes de la enfermedad, ayudó a los científicos a señalar con precisión y a tiempo las situaciones críticas en el momento en que el riesgo del virus H5N1 era mayor.
Evolución del virus más predecible
Según Slingenbergh, ''sabemos ahora mucho mejor dónde y cómo esperar la aparición del virus H5N1, y ello nos ayuda a organizar la prevención y la lucha. Además, la evolución del virus será más fácil de predecir debido a que su persistencia se está reduciendo cada vez más a áreas con cultivo intensivo de patos y arrozales en Asia oriental y sudoriental''.
La FAO estima que aproximadamente el 90 por ciento de los 1 044 millones de patos domésticos del mundo se encuentran en Asia. China y Viet Nam concentran la mayor parte, con 775 millones, cerca del 75 por ciento. En Tailandia hay unos 11 millones de patos.
En Tailandia en 2005 el transporte de patos a larga distancia disminuyó, ya que los campesinos debían proveerse de un certificado de salud para los animales. Los movimientos locales de patos también se redujeron cuando el Gobierno comenzó a fomentar la cría de patos en recintos cerrados, a través de subsidios para piensos y la construcción de recintos vallados. Este conjunto de medidas logró detener el ciclo de transmisión del H5N1, y desde finales de 2005, en Tailandia solamente se ha producido algún brote esporádico.
Viet Nam inició una campaña de vacunación a nivel nacional de todas las aves de corral a finales de 2005, incluyendo el delta del río Mekong, en donde viven cerca de 50 millones de patos. Esta campaña de vacunación a gran escala se repitió en 2006/2007. Inicialmente, las infecciones en humanos desaparecieron, y los niveles de enfermedad en las aves de corral disminuyeron de forma notable. El virus H5N1 reapareció de forma gradual, especialmente en los patos que no habían sido vacunados en la zona del delta del Mekong.
Ahora, asegura Slingenbergh, se necesitan intervenciones basadas en el conocimiento de los lugares de riesgo y los calendarios locales de cultivo de arroz y cría de patos, con el objetivo de orientar la lucha contra la enfermedad y evitar las vacunaciones en masa indiscriminadas.
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