El equipo de Citricultura y Calidad Alimentaria del Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias (Cifea) de Torre Pacheco determinó en una de sus investigaciones que ''el simple hecho de utilizar la agricultura ecológica no implica una disminución en la producción si se hace adecuadamente'', según informó a Europa Press uno de sus investigadores, Francisco del Amor.
Así, el proyecto, que el Cifea desarrolla desde hace dos años en colaboración con el Centro de Demostración y Transferencia Tecnológica ''El Mirador'', permitió determinar que los pimientos producidos por agricultura ecológica ''alcanzan producciones muy similares a los de la agricultura tradicional'', explicó Del Amor.
Esta conclusión se deriva de un estudio del cultivo del pimiento en agricultura ecológica, en el que el Cifea abordó aspectos fisiológicos, relacionados principalmente con la calidad del fruto, y agronómicos, especialmente basados en el manejo del riego, y con el fin de minimizar la contaminación generada por la lixiviación de nitratos.
En concreto, este proyecto corresponde al estudio de ''las distintas enmiendas y sustitutivos orgánicos que se utilizan en agricultura ecológica y su comparación con estrategias de fertilización convencionales y la aplicación de los abonos químicos que se usan habitualmente'', especificó.
El motivo del estudio es ''la tendencia a consumir cada vez más productos ecológicos, porque el consumidor confía cada vez más en este tipo de productos, al considerar que es más seguro por la ausencia de plaguicidas, y porque, al ser producidas de una forma medioambientalmente más sostenible, son capaces de generara una menor contaminación'', explicó.
Para desarrollar el proyecto, El Cifea instaló unos lisímetros capilares pasivos ''que no alteran la estructura del suelo, para así obtener unos resultados más fiables'', según Del Amor, porque con otros lisímetros ''se destruyen totalmente la estructura del suelo y se crean líneas preferentes de perforación'', precisó.
Además, instalaron ''una gran cantidad de sondas que determinan el movimiento del agua en todo el bulbo y el sistema radicular'', de forma que los investigadores pudieron observar el movimiento del agua en el suelo después de cada ciclo de riego, y por tanto ''minimizar y optimizar la fertilización''.
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