Un aceite único
Durante siglos, las tribus bereberes del suroeste de Marruecos han recurrido al aceite de argan como componente básico de su dieta y como elemento de la medicina tradicional. A principios de los años noventa, análisis bioquímicos ya confirmaron las valiosas propiedades nutricionales y medicinales de este producto. El argan (''Argania spinosa'') es un árbol silvestre, único en el mundo y declarado reserva de la biosfera por la UNESCO en 1999. Es endémico de tierras calcáreas semidesérticas como las del sudoeste de Marruecos y la región argelina de Tindouf.
Los frutos del argan, parecidos a un dátil, maduran entre marzo y septiembre, cuando son recogidos para extraer su aceite, de color ámbar claro y transparente, que presenta un sabor fuerte y agradable con un ligero aroma a frutos secos. La producción se realiza, en gran parte, de forma manual, lo que comporta una laboriosa tarea que comienza con la separación de la pulpa del fruto y la posterior apertura de la nuez.
Cada nuez guarda unas tres semillas en su interior que se pueden tostar o dejar crudas, se trituran y, posteriormente, se muelen en un molino de piedra. El producto que se obtiene es una pasta de consistencia parecida a una crema de sésamo, que se deja reposar durante una semana en un lugar fresco y oscuro. Posteriormente, las mujeres hacen bolas de pasta que exprimen con sus manos para obtener el líquido oleoso.
Con esta nutritiva pasta, el ''amlou'', se fabrica una especie de bizcocho que se toma con el desayuno. De 100 kilos de frutos se extraen aproximadamente dos litros de aceite, y se estima que cada litro requiere unas 10 horas de trabajo. Ha sido utilizado durante cientos de años por las comunidades bereberes de forma tradicional como alimento medicinal y vigorizante que tiene, además, propiedades cosméticas.
El aceite de argan se vende en Marruecos como un artículo de lujo y, debido al creciente interés que desde los años 2000-2001 muestran las compañías cosméticas europeas y norteamericanas, su precio ha aumentado considerablemente (una botella de 250 ml puede llegar a costar unos 17 euros).
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