Ante el leve descenso del precio del aceite en el mercado nacional, el Gobierno considera levantar la prohibición a las exportaciones, pero sólo para aquellas empresas que rebajen sus precios.
El Gobierno estudia levantar el veto para la exportación de aceite comestible a las empresas que estén dispuestas a bajar el precio del producto, dijo ayer a los medios el ministro de Producción, Javier Hurtado.
Tras reunirse con algunas empresas aceiteras, Hurtado aseguró que aquellas que bajen los precios y acuerden con el Gobierno un sistema de abastecimiento del mercado interno se beneficiarán del levantamiento del veto a la exportación de aceite decretado en febrero pasado.
El Ministro tiene previsto volver a reunirse con representantes del sector aceitero, con los que negocia el levantamiento a la prohibición de exportar.
El veto a la exportación de aceite, que el Gobierno justifica en la necesidad de abastecer el mercado interno, ha provocado protestas y bloqueos de carreteras por parte de transportistas y empresarios del sector, en su mayoría líderes de la región oriental de Santa Cruz y opositores al presidente Evo Morales.
80 millones de pérdidas
Según cálculos de los exportadores, el veto a las exportaciones ha provocado ya la pérdida de 80 millones de dólares, cantidad que podría doblarse si se suman las multas por incumplimientos de contratos.
Además, las empresas denuncian que tienen sus depósitos de soya casi al límite de su capacidad y que la crisis amenaza 300.000 empleos y la inversión extranjera en el sector.
Fino, del peruano Grupo Romero, podría dejar de operar en su segunda planta del país este fin de semana, después de haber parado ya la actividad en su otra instalación de la ciudad central de Cochabamba.
En esa misma región, Morales anunció el pasado martes la disposición de su Gobierno a nacionalizar las empresas aceiteras que frenen su actividad.
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