El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (IMIDA) ha obtenido carne y leche con antioxidantes beneficiosos para la salud a raíz de introducir en la dieta de cabras subproductos procedentes de la destilación de romero y tomillo. Según informó el Gobierno regional, tales subproductos favorecen el enriquecimiento de las secreciones lácteas y de la carne con componentes polifenólicos de marcada actividad antioxidante.
Adrián Martínez, director del IMIDA, afirmó que sobre la base de estos resultados, puede afirmarse que la incorporación en la alimentación animal de productos derivados de plantas aromático-medicinales ''representa una nueva alternativa para los agricultores y ganaderos, con la ampliación de nuevas zonas de cultivo y la oportunidad de vender un producto con alto valor añadido''.
Los cultivos de plantas aromáticas y medicinales se destinan a la obtención de aceites esenciales y, como resultado, se genera un importante volumen de subproductos en el proceso de destilación que, hasta ahora, no se utilizaban para la alimentación animal. De hecho, son considerados como desechos agrícolas, con la excepción del romero, que a nivel industrial está catalogado como fuente de componentes bioactivos con alta actividad antioxidante.
Desde el IMIDA, la incorporación de estos subproductos ''se plantea como un medio de ofrecer al consumidor alimentos biosaludables, debido a la transmisión de los compuestos antioxidantes a la carne y la leche'', señaló Martínez. Al mismo tiempo, añade, ''se puede fomentar el desarrollo rural de las zonas agrícolas desfavorecidas de nuestra Región, al promover nuevos cultivos de plantas aromático-medicinales''.
Hasta el momento sólo se ha experimentado en pequeños rumiantes y, en un futuro próximo, el IMIDA empezará a utilizar estas plantas en otras especies animales, principalmente cerdos y pollos.
Actividad antimicrobiana
Pero, además, los aceites esenciales de algunas especies de tomillo autóctonas de la Región de Murcia son ricos en principios activos con actividad antimicrobiana, asegura la doctora María José Jordán, miembro del Departamento de Recursos Naturales y Desarrollo Rural del IMIDA.
''La utilización de estos aceites esenciales ricos en timol y carvacrol, adicionados a los piensos, puede favorecer el desarrollo productivo de los animales al proteger su flora intestinal de ataques de bacterias y otros microorganismos'', explica la investigadora.
Estos aceites esenciales pueden convertirse, por tanto, en una alternativa a los antibióticos, ya que la UE prohíbe el uso de estos fármacos, como promotores del crecimiento, en la alimentación animal por sus efectos indeseables, tales como la acumulación de residuos en la cadena alimentaria o la aparición de cepas bacterianas resistentes.
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