En 2007, la industria chilena del vino exportó como nunca antes. Tanto así que sacó más distancia que nunca en comparación con el alicaído mercado doméstico. El país consumió 258 millones de litros, contra 610 millones de litros que terminaron en copas extranjeras.
La favorable vendimia del año pasado, un mercado orientado a potenciar las marcas ''premium'' y un crecimiento de las exportaciones fueron los factores que permitieron que el sector vitivinícola tuviese un crecimiento de 22,8% en sus envíos, respecto del año 2006.
Las exportaciones (que representan el 70% de las ventas totales) fueron las protagonistas. Y en contraste, la industria local presentó un bajo crecimiento. De hecho, el consumo de vino per cápita bajó de 19 a 15,3 litros en 8 años. De hecho, Chile tiene uno de los consumos per cápita de vino más bajos entre los países productores. Por ejemplo, Argentina ostenta un consumo por persona de 30,9 litros.
Así las cosas, Chile exporta hoy el 3,2% del vino que se produce en el mundo.
Un estudio de BCI corredor de Bolsa explica que la coyuntura que viven algunos países competidores como Australia -donde la cosecha cayó 25% y han bajado su producción vitivinícola- arrastra al mercado a sustituir su producto por otros, como el chileno.
Sergio Selman, analista de vinos de FitchRatings, incluye dos otros factores en el ''boom'' de las exportaciones chilenas: la caída de la producción en Europa y el surgimiento de mayor consumo en otros países. ''España, Italia y Francia han bajado la producción, e importadores como EE.UU. y el Reino Unido han aumentado su consumo'', dice .
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