En los últimos años los caldos más afrutados y jóvenes se van abriendo hueco en el mercado noruego y están desplazando a los vinos más tradicionales.
En los últimos años los consumidores noruegos están cambiando sus gustos en cuanto a vinos se refiere. El frío clima local incitaba, tradicionalmente, al consumo de vinos de sabor más fuerte, que acompañaban a comidas pesadas. Por ello, los vinos muy maduros y con mucho sabor a roble eran los que más éxito tenían en Noruega. Sin embargo, en los últimos años, caldos más afrutados y más jóvenes se van abriendo hueco en el mercado y están desplazando a los vinos más tradicionales.
En Noruega está prohibido hacer publicidad del vino. Por este motivo, las firmas del sector han comenzado a promocionar sus productos a través de los relatos de artistas que han viajado a las bodegas en los países productores.
Por ejemplo, Jørn Hoel, compositor noruego, viajó hace poco a las bodegas de la región de Priorato. En el relato de su viaje, publicado por el diario económico Finansavisen, describe la arquitectura, el paisaje de la región, la comida y los vinos. Se afirma también que los vinos en Noruega deben cumplir una serie de requisitos como son la calidad, buen etiquetado y un buen precio de productor, ya que los elevados impuestos incrementan de manera considerable el precio final.
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