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Argentina

Crisis sector lácteo

Inaudito: mientras el mundo demanda y paga mas por la leche, en Argentina cierran tambos y sacrifican lecheras

En los últimos meses se han profundizado los remates de las instalaciones y el envío a faena de vacas lecheras

09/05/2008 Pregón Agropecuaria

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En los últimos meses se han profundizado los remates de las instalaciones y el envío a faena de vacas lecheras, incluyendo animales de muy buena genética, madres de lactancia, vaquillonas preñadas, y hasta terneras sin servicio.

A los efectos de corroborar la preocupante tendencia a desmantelar los tambos y cambiar de explotación, no es menester sino observar lo que está ocurriendo por estos días.

En los últimos meses se han profundizado los remates de las instalaciones y; el envío a faena de vacas lecheras, incluyendo animales de muy buena genética, madres de lactancia, vaquillonas preñadas, y hasta terneras sin servicio. En la segunda semana de abril solamente en el Mercado de Hacienda de Liniers se subastaron cerca de las 7.000 lecheras.

En los últimos dos años mucho se ha dicho y escrito sobre la gran evolución de los lácteos y, el magnifico posicionamiento internacional, traducidos en la revalorización inusitada de sus productos, pero mucho más aún se ha hablado y comentado, sobre la falta de participación de los tamberos argentinos en el auge de la bonanza que complace a sus colegas extranjeros.

Como se viene reflejando en las estadistas, el mundo está ávido de leche y sus derivados y, no sobran los países en condiciones de satisfacer esa demanda creciente; entre los privilegiados se encuentra Argentina, más desde las esferas gubernamentales nacionales se está obrando en el sentido inverso. Tal contradicción es difícil de comprender internamente y, decididamente desconcierta a los más afamados analistas universales.

¿Cómo poder entender que mientras en el lapso de referencia su cotización ecuménica se multiplicó por cuatro, en Argentina la producción se reduce? Los datos acusan que durante el 2007, mientras el país creció al 8% la obtención de leche cayó entre un 9,5% y 10%, retroceso semejante se está verificando durante el año en curso (según mediciones practicadas incluso antes de los 21 días de paro agropecuario). Por cierto que en la SAGPyA conocen con certeza este comportamiento, razón por la cual resulta inexplicable que se persista en metodologías fracasadas. ¿Qué se espera en el gobierno?, si se continúa con estas tesituras, amén de perder las excelentes posibilidades que brinda el mercado externo, corremos el riesgo de desembocar a la larga en la importación, máxime teniendo en cuenta que el consumo interno viene creciendo a razón de un 5% anual.

Desde el gobierno se pretende justificar sus errores en la materia, haciendo notar el incremento bruto que viene recibiendo el tambero en el último año, tales explicaciones evidentemente están dirigidas al grueso de la población urbana, habida cuenta que la cuestión se saca totalmente de contexto. Dado la intencionalidad del mensaje, nada se menciona respecto al altísimo acrecentamiento de los costos de producción, en las esferas oficiales no pueden desconocer la repercusión que en la materia han tenido el fuerte aumento de los cereales y oleaginosos (el maíz es básico en la suplementación), los fertilizantes y semillas, como así también el pronunciado alza de los alquileres agrícolas; sobre el particular corresponde mencionar que alrededor del 40% de la superficie con tambo es sobre campos arrendados. En consecuencia, como las mejoras invariablemente llegaron cuando la situación se tornaba insostenible, en ciernes al otorgarse, solo alcanzaban para cubrir los incrementos de los insumos y arrendamientos ocurridos; así es como al poco tiempo los desajustes se volvieron recurrentes.

Con la actual de relación de valores fijos establecidos para la leche y, la evolución experimentada en los distintos componentes del costo, diversos sondeos practicados en distintas zonas de producción, indican que el 85% de los productores de leche aseveran estar trabajando a pérdida, tomando en consideración todos los factores gravitantes, aún cuando algunos, como las amortizaciones, por la complejidad de su valoración, ciertos tamberos no están en condiciones de justipreciarlas sin apoyo profesional. Fuentes consultadas indican que el promedio de los costos actuales ronda en torno a los $ 0,90 por litro.

Si bien las estadísticas determinan los desequilibrios en la materia, las sensaciones del productor no son menos concluyentes. Sin dejar de reconocer que en los últimos años se han registrado una serie de modificaciones que originan distinta lectura; no podemos obviar que solamente 20 años atrás el padrón de tamberos ascendía a 50.000, por éstos días quedan menos del 25% de aquel número. Ha partir del auge de la agricultura, se ha acentuado el desplazamiento de cultores de la actividad, especialmente hacia la soja o simplemente ha arrendar la tierra a terceros para esa explotación.

Estos traspasos son el reflejo patente de la secuencia de desalientos que en forma constante viene afectando al sector. No hace falta remontarse mucho tiempo atrás para saber que el sector debió soportar tanto condiciones climáticas hostiles, como mercados internacionales deprimidos; sin duda la adversidad de tales escenarios le ocasionó problemas económicos, con los consiguientes desánimos, más su amor a la actividad, el apego a la cultura del trabajo y su preparación para sortear dificultades, los llevaron a seguir luchando con la esperanza del advenimiento de tiempos mejores. Todos aquellos infortunios pudieron absorberlos, aún cuando para ello muchas veces debieron recurrir a hipotecar su campo; lo que no pueden asumir es que cuando el mundo paga por sus productos un precio superior al jamás imaginado, tengan que andar penando para no entrar en déficit.

El suplemento rural de La Voz del Interior del 11 de abril, da cuenta que en la Provincia de Córdoba en los últimos 10 años se cerraron el 40% de los tambos, referenciando que en el último año en ese distrito, un centenar de estos establecimientos sufrieron el mismo proceso. Otro detalle importante a considerar, es que habitualmente cuando se daban este tipo de sucesos, ello ocurría con productores chicos, pero actualmente el fenómeno se está extendiendo a tambos con 300 vacas en ordeñe, con productividades de 28 a 30 litros por lechera.

Las secuelas de este tipo de determinación son muy graves, la historia deja al respecto una enseñanza que no se puede soslayar, es muy difícil que un tambo que se deshace, vuelva a instalarse

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