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Leche
Las intervenciones reducen la rentabilidad del tambo
Aunque captó $ 490 millones por retenciones a las exportaciones lácteas, el Gobierno sólo transfirió 26% a los productores
09/06/2008 LA VOZ Argentina
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Juan Manuel Garzón y Nicolás Ochoa.
Economistas del Ieral de la Fundación Mediterránea
Desde hace un par de años, el Gobierno altera la ecuación económica de los productores de leche por distintos canales.
Primero. Actúa reduciendo costos de producción vía derechos de exportación. Las retenciones, al disminuir el precio interno de los granos, reducen el valor del alimento que consumen los animales (balanceado) y también el costo de oportunidad del capital invertido en esta actividad y no destinado al rubro agrícola.
Segundo. Se afecta el precio de la leche a nivel del productor y lo reduce con restricciones, precios máximos, impuestos y otros elementos que pesan sobre la exportación de los derivados de la leche (leche en polvo y quesos, entre otros) y sobre las ventas a mercado interno.
Tercero. El último mecanismo de intervención, que trata de corregir al anterior, consiste en devolver al productor, a título de compensación, un determinado monto por litro producido.
Nótese que la primera y la tercera de las intervenciones señaladas hacen más conveniente el negocio, mientras que la segunda actúa de forma contraria y lo penaliza.
El objetivo de esta columna es presentar una primera evaluación de la rentabilidad del tambo bajo distintos escenarios: la situación actual; un contexto hipotético en el que las compensaciones se extienden; y con la hipótesis de la total liberación de los mercados agropecuarios. Además, se incluye una estimación del funcionamiento de los programas de compensaciones a tambos, basada en considerar los montos pagados en relación a los máximos comprometidos a pagar.
Compensaciones. Para compensar los efectos negativos sobre precios de venta que generó la intervención en los mercados internos y externos de productos lácteos, el Gobierno puso en marcha un sistema de subsidios destinado a los tambos, a través de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca).
Los mecanismos implementados fueron dos: el primero fue un programa de compensaciones creado y precisado en sus alcances a través de las resoluciones 745 y 39, en las que el Gobierno se comprometió a transferir al productor de leche cinco centavos por litro. Este programa, si bien se crea a fines de enero de 2007, se completa con todos sus detalles en marzo de ese año.
Luego se lanzaron Aportes no Reintegrables (ANR) y se establece como transferencia un monto variable, en función del nivel de producción del tambo, comprendido entre uno y siete centavos por litro (a menor tamaño del tambo, mayor el monto). Este segundo programa se estableció la resolución 48 de febrero pasado.
En ambos casos, los programas alcanzan a las producciones de febrero, marzo y abril de 2007, que representó para ese año 22 por ciento de la producción total. Según cálculos propios, basados en la cantidad de leche producida en los meses de referencia y en los subsidios establecidos, el monto que el Gobierno se comprometió a transferir se habría aproximado como máximo a los 200 millones de pesos, de los cuales 98 millones corresponden a compensaciones y 102 millones en ANR.
A comienzos de abril y según informa el propio Gobierno, se habían pagado 80 millones de pesos por compensaciones (83 por ciento) y 47 millones de pesos bajo el programa de ANR (47 por ciento). Si se considera la tasa de cobro de ambos programas, se habría pagado 64 por ciento de los fondos comprometidos hasta abril.
El primero de los programas, por ser el de más larga data, es el que tiene la mayor tasa de cobro. De acuerdo a las consultas realizadas, la demora en las liquidaciones habría promediado entre cinco y seis meses.
En tanto, el plan de ANR tendría una menor demora ya que recae sobre productores ya inscriptos en el anterior esquema. De acuerdo a la cantidad de transferencias realizadas, se puede estimar que unos cinco mil tambos recibieron subsidios.
Fondos. ¿De dónde ha obtenido el Gobierno los fondos para financiar estos programas?. De acuerdo a lo que fuera enunciado en su momento, estos programas se financiaban básicamente con dos fuentes: a) el producido de recursos fiscales que se obtenían a partir de gravar a mayores tasas las exportaciones del complejo sojero; b) el producido de recursos fiscales que se obtenían a partir de gravar la exportación de productos lácteos.
Con respecto a esta segunda fuente, la leche en polvo o los quesos tienen precios máximos de exportación y todo el valor que exceda a esos precios es capturado por el fisco bajo un esquema muy similar al de retenciones móviles actualmente en discusión para las exportaciones de granos.
¿Cuántos recursos fiscales generó la segunda fuente mencionada, la que en principio se encuentra más directamente vinculada con la cadena láctea? De acuerdo a las toneladas de productos lácteos exportadas en 2007 (excepto enero, ya que el programa se impulsó en febrero), los precios máximos prefijados y los valores de exportación observados, este fondo habría acumulado unos 490 millones de pesos (157 millones de dólares) a fines de diciembre de 2007.
Entonces, la pérdida de ingresos para la cadena láctea es por definición mayor a esta última cifra, dado que incluye no sólo la caída de ingresos por ventas realizadas a menor precio hacia el exterior, sino también por ventas a menor precio al mercado interno.
Puede deducirse que los fondos recaudados bajo esta fuente habrían sido más que suficientes para afrontar los compromisos asumidos con los tambos. En efecto, de acuerdo a las estimaciones, el compromiso asumido representa 40 por ciento de lo que se habría recaudado, mientras que lo pagado a la fecha es sólo 26 por ciento. El fondo recaudado y siempre de acuerdo a la producción observada, hubiese alcanzado para subsidiar siete meses de producción en lugar de tres meses.
Doble castigo. El escenario actual castiga doblemente al negocio lechero. Por un lado, disminuye la rentabilidad que tendría bajo un escenario de libre mercado; por otro, incrementa sensiblemente el riesgo de invertir en un rubro que requiere de varios años para devolver la inversión y que sufre sucesivas intervenciones en sus mercados de operación.
Un escenario plenamente liberado mejoraría los márgenes y la rentabilidad del productor, por lo que la actividad lechera sería más rentable (en términos absolutos) y por lo tanto, habría mayores incentivos.
Síntesis de un trabajo elaborado bajo el título ''La rentabilidad actual del negocio de producir leche''; www.ieral.org
Comparaciones
Diferencia I . Un tambo de 380 hectáreas, con una producción mensual de 5.037 litros promedio por hectárea por año, que haya
recibido compensaciones, habría obtenido una tasa de rentabilidad sobre capital invertido de 5,06 por ciento anual. Si el mercado fuera libre, esa renta sería de 8,08 por ciento.
Diferencia II . Si se comparan el monto recaudado por retenciones a las exportaciones lácteas (490 millones de pesos) y las compensaciones efectivamente cobradas por los productores (129 millones de pesos), se deduce que sólo volvió al tambo 26,3 por ciento de lo capturado por el Gobierno con el denominado ''precio de corte''.
Números
490 millones de pesos se habrían recaudado por retenciones a exportaciones lácteas. Sólo se dieron 129 millones en subsidios.
64% es la tasa de cobro efectiva de las compensaciones y aportes no reembolsables a productores lecheros.
3,02 puntos porcentuales es la diferencia de rentabilidad para un tambo entre la situación actual y si el mercado fuera libre.