''Hace dos días que no llega leche en sachet'', contaba ayer el gerente de un supermercado del microcentro. Atrás de él también lucían desnudas las estanterías de leche en polvo.
Los comerciantes aseguran que, más que la extendida huelga del sector rural, el paro de camiones, que comenzó el martes pasado, trae aparejado desabastecimiento de productos y deja espacios vacíos en las góndolas de supermercados y almacenes de la provincia.
Si bien los lácteos no son los únicos productos faltantes, el alimento estaba ayer prácticamente ausente en sus versiones más perecederas (sachet, crema de leche, manteca) como ha ocurrido en otras ocasiones, pero también había poca cantidad a la vista, de envases en cartón, que pueden guardarse por un tiempo, como son las leches en polvo y larga vida (UAT).
En tono de real preocupación Juan Carlos Nieto dijo que en mercadería ''no llega nada de nada a Mendoza''. El gerente del Centro de Almaceneros recibió por teléfono la respuesta de un mayorista: ''No tengo arroz, ni aceite''.
Mientras, las estanterías del supermercado Átomo, al igual que las de los híper Carrefour y Wal Mart dejaban ver la falta, principalmente, de leche como pudo comprobar Los Andes.
Desde Súper Vea, empresa que también presenta falta de lácteos en sus heladeras, el gerente de mercadería José Guisasola dijo que tienen stock para diez días, pero estiman disponer de leche larga vida y carne para no más de cuatro días.
''El sábado pasado vine y todavía quedaban cajas de La Serenísima, pero ahora ni eso'', comparó Estela frente a una de las heladeras que sólo mostraban sachets con yogur en la parte baja, junto a unos diez tetrabricks de leche larga vida, descremada y de segunda marca.
En otro comercio, para conocer el precio de las cajas que quedaban en el fondo de una góndola, Emilia y Norberto se detuvieron a comparar códigos de barra con todos los precios solitarios que continuaban pegados para nada.
Muy cerca pasó otra clienta que estaba molesta porque no encontró la leche Svelty que acostumbra a comprar.
Marcela, la afortunada, consiguió un pote de crema de leche en Godoy Cruz después de recorrer tres almacenes. ''Me traje el último que quedaba en un quiosco'', contó mientras revisaba la fecha de vencimiento.
Cupos para todos
Con todo, la mayoría de las cadenas ha reforzado en los últimos días la política de poner un límite en la cantidad de unidades que puede comprar cada cliente.
De este modo, nuevamente ponen en alerta al consumidor los carteles que indican que no pueden cargar en su carrito más de un determinado número de botellas de aceite, cajas de leche o paquetes de azúcar.
Guisasola, de Vea, dijo que ''nos manejamos bajo el concepto de venta para consumo familiar. Por eso la limitamos de dos a seis unidades según el producto, con la idea de que todos puedan comprar''.
En mercadería que escasea eventualmente desde hace varios meses, los cupos ya son una norma habitual en la comercialización.
Las industrias del aceite y la harina asignan cupos a los distribuidores que venden al por mayor, cuentan fuentes del sector.
Los mayoristas también venden un volumen restringido a los almacenes y supermercados pequeños. Así, muy pocos alcanzan a hacer el stock que pretenden, para cubrirse de la inflación.
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