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Hierbas aromáticas
Especias y hierbas en dietoterapia
Para los científicos es un reto establecer los beneficios dietéticos y sanitarios de estos alimentos, por la dificultad que entraña determinar sus efectos orgánicos
30/06/2008 Consumer.es eroski
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Las hierbas aromáticas y las especias tienen una larga tradición en la cocina, donde han participado desde siempre con un rol específico en la cultura gastronómica de cada pueblo y país. Pese a la dificultad que entraña determinar con exactitud cuáles son sus efectos en el organismo, ahora un equipo de investigadores del National Centre of Excellence in Functional Foods, de la University of Wollongong, en Australia, ha efectuado una revisión sobre la bibliografía científica publicada en este ámbito.
Los investigadores han obtenido conclusiones acerca del papel de las hierbas y las especias en algunos campos de la salud, como las enfermedades cardiovasculares, la carcinogénesis, problemas cognitivos asociados con la edad y la diabetes tipo II, entre otras enfermedades. Los diferentes niveles de evidencia científica demuestran el valor funcional de estos valiosos ingredientes.
El rol de las hierbas y especias en la salud
El hecho de considerar las hierbas y las especias como alimentos funcionales, es decir, con beneficios para la salud más allá de los nutritivos, hace de estos vegetales un protagonista especial de nuestras comidas. Según diversas investigaciones, los nutrientes que contienen, además de otras sustancias biológicamente activas, muestran su mayor actividad y sus efectos potencialmente beneficiosos cuando están inmersos en la dieta diaria.
La sinergia que se da entre los nutrientes afecta positivamente a su absorción y su biodisponibilidad, y las sustancias se ayudan unas a las otras para poder llegar a su destino. Por ejemplo, los aderezos que contienen hierbas y especias pueden incrementar la capacidad antioxidante del plato vegetal al que acompañan. El orégano, en concreto, ha demostrado elevar la capacidad antioxidante de una ensalada hasta en un 200%.
A este beneficio sanitario se suma otro. El uso de hierbas aromáticas y especias ayuda a disminuir la cantidad de sal, grasas y azúcares que se ingieren con la comida y que son factores de riesgo dietético de diversas enfermedades como las cardiovasculares o metabólicas como la diabetes. Su aporte de color, aroma y sabor va mas allá de sus originales características culinarias, convirtiéndose además en un potencial vehículo de prevención en salud.
Ajo, cúrcuma, jengibre y enfermedades cardiovasculares
Según los expertos de la Universidad australiana de Wollongong, las propiedades antioxidantes de las hierbas y las especias han alcanzado un interés especial cuando se ha observado en diversos estudios, con un nivel de evidencia aceptable, que el ajo ayuda a disminuir el colesterol malo LDL y, por tanto, influye positivamente como protector en el desarrollo de la aterosclerosis.
También ayuda tomar 7,2 gramos de extracto de ajo al día, pues ha demostrado modestas reducciones en la presión sanguínea. Se ha sugerido que la sustancia responsable de las acciones del ajo sobre el sistema cardiovascular puede ser la alicina. Cuando se fractura, se parte o se machaca el bulbo, se libera la aliína, compuesto que al ponerse en contacto con la enzima alinasa, da lugar a la alicina, de la que se ha observado su propiedad hipolipemiante.
Otros productos que se han relacionado con la disminución del colesterol LDL en sangre son la cúrcuma y el jengibre, pero los estudios se han limitado a trabajos con animales de laboratorio, concretamente ratas, por lo que su efecto no se puede extrapolar por el momento a humanos.
Los efectos de los flavonoides como protectores cardiovasculares han sido extensamente estudiados, y la manzanilla, la cebolla, el romero y el tomillo poseen altos niveles de estas sustancias. Hay estudios epidemiológicos que apoyan un beneficio cardiovascular relacionado con el consumo habitual de este tipo de ingredientes en la dieta, pero aún falta mucha investigación que pueda demostrar un nivel suficiente de evidencia. En este sentido se requieren investigaciones que den información sobre su biodisponibilidad, los mecanismos de acción y su eficacia.
Acciones sobre el cáncer en animales
Los expertos del National aseguran que por el momento no existen datos que indiquen que las hierbas aromáticas y las especias tengan un efecto anticarcinogénico en seres humanos, pero hay estudios realizados en el laboratorio o con animales que sugieren que ciertas sustancias presentes en este tipo de productos alimenticios, podrían tener una acción quimiopreventiva frente a los estadios iniciales de diversos tipos de cáncer. Esto da pie a los investigadores a indagar más a fondo si estos efectos positivos se observan en humanos.
El estrés oxidativo y la inflamación son factores de riesgo que intervienen en el inicio de esta enfermedad. Las hierbas y especias contienen un abanico de sustancias naturales como los polifenoles y los flavonoides de los que son representativos el ácido caféico y la quercetina que pueden actuar sobre las especies reactivas del oxígeno o los dañinos radicales libres. Otros componentes como los tocoferoles, los carotenoides o los esteroles, podrían proteger de los subproductos de la peroxidación lipídica, también implicados en condiciones patológicas.
La cúrcuma, la albahaca, el romero y la menta han mostrado en numerosos estudios en animales acción anticancerígena. Concretamente la cúrcuma se ha relacionado recientemente con efectos contra el cáncer de piel, estómago, hígado, colon y cavidad oral de ratones de laboratorio.
El carnosol es una sustancia presente en las hojas de romero que ha mostrado inhibir el cáncer de mama, de intestino y de piel en ratas, parece ser que mediante posibles mecanismos en los que intervienen sus propiedades antiinflamatoirias y su acción quimiopreventiva.
La abundante bibliografía científica al respecto apunta hacia una posible recomendación concreta de todos estos productos alimenticios como protectores dietéticos, pero hasta que no se realicen investigaciones controladas en grupos numerosos de personas y extensas en el tiempo, y con cantidades concretas de producto, no se puede dar por hecho que las hierbas aromáticas y las especias protegen frente al cáncer.
Hierbas aromáticas y salud mental
La historia del uso de las plantas y las hierbas aromáticas en la medicina tradicional para influir en los diferentes estados psicológicos es larga. En antiguas tradiciones médicas como la de China o India se incluyen tratamientos basados en estos ingredientes que se prescriben para la ansiedad o para aumentar las capacidades cognitivas como la memoria o la atención.
De hecho, el uso de hierbas como la tila, la valeriana o la pasiflora como tranquilizantes está extendido por todo el mundo, sin embargo aún no se ha descubierto el mecanismo de acción que explique los efectos sedantes observados. Recientemente se han estudiado el ginkgo biloba y el ginseng como beneficiosos para la memoria y para mejorar el declive cognitivo que se da en la demencia.
Se cree que la mejora en la circulación sanguínea del cerebro beneficia la función cognitiva y que los antioxidantes, presentes en este tipo de productos alimenticios, tienen un efecto neuroprotector frente al declive del tejido cerebral que se da con la edad. No obstante, queda mucho por demostrar en este sentido.