A sucar! (¡A mojar pan!), el título del nuevo disco que el miércoles presentó el grupo La Salseta del Poble Sec y que recuerda el clásico ¡Asúcar! de Celia Cruz, es toda una propuesta festiva. Con este grito, y con todas sus connotaciones, la banda que lleva 31 años animando verbenas y fiestas mayores con su música quiere ofrecer ''a los indígenas catalanes'' una ''exclamación musical que nos identifique como pueblo'', afirma Joan-Ignasi Ortuño, autor de algunas letras, en el texto que presenta del disco. Y con este grito, que invita a mojar los oídos en la salsa de las 14 nuevas canciones de La Salseta, el grupo del barrio barcelonés del Poble Sec se adentra en un terreno muy culinario con su primer álbum tras celebrar, el año pasado, su 30 aniversario.
Una presentación con una barra de pan de siete metros
Culinaria ha sido la presentación de A sucar!, en la que La Salseta ha reivindicado su espíritu callejero, saliendo a presentar su nuevo trabajo a la Plaza dels Ocellets, al lado del Paral.lel, en el barrio que le da nombre. Lo ha hecho con un buen pan bajo el brazo: el Gremio de Panaderos de Barcelona les ha elaborado para la ocasión una barra de pan de payés de siete metros de largo y doscientos kilos de masa. ''Está hecho de masa Barcelona, un producto desarrollado por el gremio con harina ecológica. Se deja fermentar 12 horas'', explicaba Enrique Medina, director de la escuela de panaderos del Gremio y autor de la pieza, que añadía que ''lo más difícil ha sido cocerla''. Los miembros del grupo han repartido el pan entre los vecinos del barrio, que lo podían mojar en aceite y huevos fritos mientras oían temas de A sucar!.
Culinaria es también la canción estrella del disco, La salsa de l''Adrià, dedicada al cocinero catalán con más proyección internacional. Ferran Adrià ya le había dedicado antes al grupo una salsa de cuatro ingredientes, como ''los compases de cuatro tiempos'' del género musical homónimo: Salsa Espinaler, zumo de fruta de la pasión, azúcar moreno y cáscara de limón. Pero no sólo este género es lo que toca la banda en este disco. También hay ska, rock, y hasta una ranchera. ''Queremos hacer bailar a la gente según todos los estilos'', afirma el cantante de La Salseta, Salvador Escribà. El nexo de unión no es el género, si no la voluntad de las canciones.
Un disco ''alocado''
''Es un disco alocado, para oírlo, bailarlo y, sobretodo, disfrutarlo'', dice, reviviendo el espíritu que es la esencia del grupo desde sus inicios. También los temas son variados, y van del ''amor y el deseo desenfrenados, un tema que ya está presente en la música popular catalana pero que nosotros cantamos en clave de rock en la canción Com un ruc en primavera [Como un asno en primavera]'', hasta la ''reivindicación de la memoria histórica'' en clave de ska en el tema Cants de la resistència, ''un pupurri de canciones antifascistas de la Guerra Civil'' como Ay, Carmela, Si me quieres escribir o A las barricadas. Lo dice Escribà recordando que La Salseta comenzó sus andanzas tocando en fiestas del PSUC durante la Transición.
Conectar con los ''indígenas catalanes''
Pero lo que el grupo quiere demostrar con este disco, el primero que lanza después de cuatro años, es que no todo es memoria. Escribà subraya que ''lo que más nos importa es llegar a las generaciones más jóvenes''. Este verano presentarán las canciones por verbenas de Cataluña y de fuera de ella, y podrán comprobar si sus deseos se cumplen. Lo que ya han conseguido es conectar con los nuevos ''indígenas catalanes''. Esta mañana, un grupo de estudiantes de catalán oía las canciones y mojaba el pan en huevos fritos en las calles del Paral.lel. Había marroquíes, ingleses, filipinos... Pocos conocían antes La Salseta del Poble Sec, pero muchos coincidían en que les gustaba lo que escuchaban.
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