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Precios leche
Lechería: autoexcluidos de la fiesta
Mientras otros competidores aumentaron su volumen de leche en los últimos años con los altos precios internacionales, Argentina retrocedió
15/07/2008 La nación
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Mientras otros competidores aumentaron su volumen de leche en los últimos años con los altos precios internacionales, la Argentina retrocedió; otro sector que resulta víctima de la falta de reglas claras. Hoy para encontrar una respuesta a la pregunta sobre la falta de crecimiento hay que mirar al Gobierno y a su política de precios controlados y el virtual cerrojo a la exportación.
Alguien está haciendo mal las cosas en el mundo, y en verdad deja en el camino, mirando hacia otro lado, otra formidable oportunidad para ganar, en este caso a partir de su producción de leche. ¿De nuevo la Argentina da la nota discordante en un concierto donde todos tocan la misma partitura? Mientras entre 2000 y 2005 la Argentina tuvo una merma de 300 millones de litros de leche (en 2006 alcanzó los 10.130 millones de litros y volvió a caer, por problemas climáticos), en igual período países como Brasil y los Estados Unidos incrementaron su producción en 700 y 800 millones de litros, respectivamente. La India, uno de los principales países productores, subió en 3000 millones y China, donde el consumo explotó un 80 por ciento de los tamberos encuestados en Trenque Lauquen bajará su producción 71 por ciento de los productores lecheros proyecta destinar más superficie a agriculturaciento en los últimos años (hoy se encuentra en 22 litros por año por habitante), creció 3200 millones de litros. La Argentina es el país que más ha reducido su producción en ese período. Son datos del International Farm Comparison Network (IFCN) y revelan algo tan simple como que la Argentina se movió a contramano de todos. Aquí los productores dicen que podrían producir más, pero algo pasa. ''Si el Gobierno me dejara producir, yo podría producir 20.000 litros más'', expresó a LA NACION Guillermo Micheo, un joven de Trenque Lauquen que por estos días dice que, en realidad, de aquí a dos meses ya no se ve como productor lechero. ''Hoy hago 10.000 litros y pierdo 2000 pesos por día'', afirma.
¿Cómo se explica, entonces, que en un momento donde los precios internacionales siguen firmes -en dos años la tonelada de leche en polvo pasó de 2100 a US$ 4500- no hay una política destinada a producir más para un mundo que todos los años necesita entre 10 y 15 millones de toneladas adicionales de leche para cumplir con una demanda creciente? El problema parece estar en casa.
Para una primera aproximación a lo que pasa es importante bucear en las expectativas de los productores en un trabajo elaborado recientemente por Francisco García Nero, de la consultora MAB, y Javier Buscetti, de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen, con 87 tambos (sobre un total de 131) y 27.158 vacas encuestadas (sobre un total de 39.445) en esa región del oeste. El informe se presentó en una asamblea de 400 productores realizada el lunes pasado en esta ciudad.
En rigor, ante una pregunta sobre cómo piensan que será su producción en el otoño de 2009 de mantenerse las actuales condiciones de precios, el 41% de los empresarios encuestados dijo que bajará su producción y otro 39% la mantendrá. Apenas un 18% espera incrementarla. En Trenque Lauquen, donde la producción de leche genera $ 460.000 por día, han cerrado en el último año y medio 17 tambos, lo que representan unos 103.500 litros diarios menos. A nivel país, en 2007 ya hubo un 4,6% menos de tambos, según datos oficiales. ¿Se podrá llegar así a los 15.000 millones de litros que puso como meta la presidenta Cristina Kirchner hace unos días?
Otro dato: según la encuesta, el 58% disminuirá su inversión en la actividad, un 34% dijo que será igual y sólo un 5% afirmó que la incrementará. El 20% habló de la posibilidad de cerrar el tambo. ''Hace dos meses no se me cruzaba cerrar el tambo, pero ahora lo pienso todos los días'', aseveró Patricio Sinclair, otro productor.
En el actual escenario, el 71% de los consultados indicó que proyecta destinar una mayor superficie a la agricultura. Como Manuel Cereigido, que maneja un tambo de 360 vacas. ''La idea es achicarlo y sembrar 70/80 hectáreas de soja; tengo que hacer algo que me de más plata'', indicó. Raúl Malisani, en cambio, en Santa Fe dice que va a seguir adelante con su plan de pasar de 5000 a 28.000 litros diarios, aunque ahora lo hará en ocho años y no en cuatro como pensaba hasta no hace mucho.
Extraña paradoja, mientras hay productores pensando en cerrar o achicar sus tambos, otros actores, con otras espaldas financieras, proyectan crecer más rápido. Uno de ellos es Adecoagro, que se asoció a la canadiense Agropur para potenciarse en el negocio industrial. Hace unos meses, cuando visitó la Argentina, Benoit Gagnon, ejecutivo de Agropur, dijo que el país tenía una mayor oportunidad de cubrir la demanda adicional de leche antes que Australia y Nueva Zelanda. Adecoagro espera pasar de 100.000 a 500.000 litros en cinco años.
''Hoy se da la situación que los únicos que invierten son los productores e inversionistas grandes que miran muy a largo plazo'', graficó Ezequiel Cabona, presidente de DeLaval. Según Cabona, en la Argentina el costo fluctúa entre 25 y 35 centavos de dólar el litro, cuando a nivel mundial promedia los 40-50 centavos de dólar. De todos modos, los precios al productor en la Argentina son muy distintos de los que se pagan en, por ejemplo, Europa, donde el promedio de los últimos doce meses se ubicó en 36 centavos de euro.
En la mira
Hoy para encontrar una respuesta a la pregunta sobre la falta de crecimiento hay que mirar al Gobierno y a su política de precios controlados y el virtual cerrojo a la exportación. Con 99.729 toneladas, en enero-mayo de 2008 hubo un 20,4% menos de exportaciones que en igual período de 2007. Pero en valor subieron un 28,6% y totalizaron US$ 393,8 millones. Ese es el único aliciente. ''No hay visión a futuro y el Gobierno no tiene un plan a largo plazo'', precisó Cabona. Otra voces también le apuntan al manejo oficial. ''Discrecionalidad, incertidumbre, arreglos espurios, desmanejo, aprietes, cárteles inducidos, retenciones confiscatorias, dificultar exportaciones, precios que la inflación diluye no son buenos elementos para construir una política lechera'', dijo Manuel Ocampo, director ejecutivo de la Asociación de Productores de Leche (APL).
Para Claudio Ersinger, productor de Tandil, no se crece porque hay ''un mercado absolutamente intervenido por políticas llevadas adelante por los sectores industrial y estatal'', dijo.
''El Gobierno no permite tener rentabilidad ni fomenta la libre competencia en las industrias que compran materia prima'', acotó el técnico Matías Cardini, de Trenque Lauquen. Para García Nero, en el corto plazo no se crece por el precio. ''Hoy es de quebranto para el 90% de los tambos'', dijo. Según expresó, para el mediano y largo plazo faltan perspectivas y una política lechera. ''Parte de la industria no ayuda a que se liberen los precios'', acotó García Nero, resumiendo un poco las críticas que se escucharon en la asamblea de Trenque Lauquen contra el sector industrial el lunes pasado.
Llamativamente, en esa asamblea Roberto Blousson, gerente de compra de materia prima de La Serenísima, se animó a deslizar críticas al Gobierno. Hasta hizo suya la frase ''esto es un enchastro'' de Alfredo De Angeli, el líder de la Federación Agraria Entre Ríos, para graficar la situación interna. Y Rubén Echavarri, director de Sancor, pidió ''una política de largo plazo porque no podemos trabajar con precios a 60 o 180 días''. Luciano Di Tella, de Apymel, se sinceró: ''El margen de maniobra que tenemos como industriales es muy pequeño''.
Hubo también algunos reconocimientos sobre hacia qué tipo de lechería se estaría dirigiendo el país de persistir esta coyuntura. ''El consumo va a aumentar y me parece que nos va a quedar leche únicamente para el mercado interno'', dijo Echavarri. ''Nos encaminamos lamentablemente a una lechería de mercado interno'', agregó Gustavo Ries Centeno, de Quesos Trelau. ''El Gobierno siempre va a priorizar el abastecimiento'', recordó Blousson. Con todo, Blousson les dejó este mensaje a los productores. ''Pelearnos entre nosotros no nos va a llevar a nada; tenemos 60 días para trabajar'', les dijo en relación al plazo de negociación que se abrió con el último acuerdo. Demasiado poco para una lechería que necesita mirar más a largo plazo.