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Barreras vino Brasil
Brasil pondría trabas al vino argentino
Las entidades vitivinícolas argentinas reunidas en la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) se mostraron preocupadas por posibles barreras para- arancelarias para el vino en Brasil
15/07/2008 Los andes
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Las entidades vitivinícolas argentinas reunidas en la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) se mostraron preocupadas por posibles barreras para- arancelarias para el vino en Brasil.
En una reunión mantenida hace tres semanas se efectivizó el pedido a las autoridades del vecino país y una marcha en Brasilia podría apresurar el proceso.
El Secretario de Industria, Comercio y PyMEs, Fernando Fraguío incluyó el tema en la agenda de reuniones bimensuales con su par brasileño. Pero ya se escuchan las voces de preocupación en la vitivinicultura local.
Para Argentina, el mercado brasileño es sumamente importante. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, en el 2007 se exportaron a Brasil 163.996,04 hectolitros de vino, lo que supone una participación sobre el total de exportaciones del 4,56%.
De esta forma, en volumen el mercado de Brasil ocupa el sexto lugar entre los compradores de vino de exportación argentino, ubicado después de Rusia, Estados Unidos, Paraguay, Reino Unido y Canadá.
Mientras que en valor, las exportaciones a Brasil resultan en una facturación de 38.292.580 dólares FOB, lo que supone una participación del 7,94%.
En valor las exportaciones al país carioca se colocan en el cuarto lugar después de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá.
De esta forma, el vino argentino representa para Brasil el 27% de los vinos importados y del mercado total de vinos de Brasil sólo el 5%. Además, Argentina es el segundo exportador de vinos a Brasil, después de Chile.
En una reunión llevada a cabo hace tres semanas en Buenos Aires, las autoridades brasileñas pidieron a la Corporación Vitivinícola Argentina levantar el piso de 8 dólares a la exportación de cajas de vino de 9 litros, y pasarlo a 15 dólares, debido a que las importaciones de vino de nuestro país ''afectan a la vitivinicultura local'', según arguyeron. Las autoridades argentinas sostuvieron que es imposible acceder a este pedido porque desmejora la situación de las exportaciones argentinas en beneficio de las chilenas.
Esta situación surgió en 2005 cuando, con el entonces ministro de Economía de la Nación Roberto Lavagna, se comenzó a frenar la entrada de electrodomésticos de la línea blanca (lavarropas, heladeras, etc.) y de zapatos desde Brasil a la Argentina.
En aquel momento, Brasil comenzó a trabar las importaciones de vino argentino. Para salvar la situación se acordó, en junio de ese año, que no entrarían a Brasil vinos fraccionados con un valor menor a 8 dólares la caja (lo que afectó a las tres grandes bodegas productoras de vinos sin mención varietal).
Esta medida que se entendía desde el país carioca como una forma de cuidar su vapuleada vitivinicultura, terminó beneficiando a Chile (claro competidor argentino en este país) y en consecuencia la industria brasileña del vino siguió decreciendo.
Del 2005 a esta parte, el detrimento de la vitivinicultura brasileña ha empujado a sus autoridades replantear esta situación.
Aunque en los primeros cinco meses del año, según los datos de la consultora especializada Caucasia Wine Thinking, las exportaciones a Brasil crecieron en valor un 2,5%, pasaron de u$s 11.898.624 a u$s 12.196.397.
Mientras que en volumen cayeron un -13,2% pasando de 5.076.548 litros a 4.406.001 litros, debido principalmente a los cortes de ruta en nuestro país.
En concreto, tras la reunión de Buenos Aires, se plantearon tres medidas: una suba al arancel externo común, una revisión del tratado de Libre Comercio con Chile y el alza del piso de exportación de los vinos argentinos. Los representantes de las entidades locales están en alerta y preocupados por esta situación.
''La verdad es que no nos interesa confrontar con Brasil pero debo reconocer que las dos partes expusieron con mucha firmeza las posiciones. Yo creo que lo que deberíamos hacer es mantener la mesa de diálogo que hemos tenido fluida durante muchos años y evaluar la situación'', sostuvo el gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina, quien se mostró preocupado por la situación actual.
Por su parte, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, dijo que ''ya está planteado que los gobernadores del oeste del país de las zonas vitivinícolas se reunirán con el ministro de Economía, Carlos Fernández, y el Canciller Jorge Taiana, para plantear la situación y el perjuicio que esta barrera para- arancelaria podría causar a la industria''.
Se agita el avispero
Recientemente, la agencia de noticias Associeted Press (AP) señaló que ''el jueves 3 de julio miles de personas ligadas a la producción de vinos protestaron al Sur de Brasil por la crítica situación que vive el sector, ante la competencia que enfrentan de mostos de países cercanos como Argentina y Chile, y el contrabando de bebidas.
Miembros del Movimiento en Defensa de la Uva y los Vinos de Brasil calcularon que unas 4.500 personas participaron en la manifestación en Porto Alegre, capital del estado de Río Grande do Sul, principal productor de vinos del país, para llevar sus reivindicaciones a las oficinas locales de los ministerios de Hacienda, Agricultura y Desarrollo Agrario''.
Entre sus peticiones están la renegociación de los acuerdos con Mercosur para el comercio del vino, y la revocación del acuerdo vinícola con Chile, así como una reducción de la carga tributaria sobre los productores del sector. ''Si en una semana no se atienden los pedidos, habrá una reunión para definir nuevas acciones que podrían incluir el cierre de fronteras y una manifestación en Brasilia'', dijo a AP Lucinara Anacleto, portavoz de los vinicultores.
Estas no son las primeras señales del gobierno de Lula Da Silva sobre este tema, ya en mayo la prensa local mostraba las intenciones en Brasil.
En declaraciones al diario especializado Valor Económico, el diputado brasileño Enrique Fontana, líder del gobierno en la Cámara, aseguró que ''la principal protección deberá ser el aumento de la Tarifa Externa Común (TEC) del Mercosur, hoy de 27% para los vinos finos. Podría haber un aumento del 27% al 32%''.
Esa tarifa se aplicaría solamente a terceros países, especialmente europeos y australianos, sin acuerdos comerciales con Brasil. Chile, por su acuerdo, paga la mitad del TEC, 13,5%.
Asimismo, en el artículo de la prensa brasileña se destaca que ''en 2002, los vinos brasileños tenían 51,1% del mercado nacional de vinos finos, Chile contaba con el 12,5% del mercado y Argentina, con el 7,8%.
En 2007, Chile tuvo un aumento en su participación y alcanzó el 24,3%, los vinos argentinos pasaron a dominar con el 20,1% y los brasileños se limitaron apenas al 25,7% de la cuota de mercado.
Con la valoración aduanera y la fijación de precios mínimos, los vinos argentinos, que no pagan tarifa, y los chilenos, que pagan tarifa reducida, pasarían a pagar mayores alícuotas en los impuestos internos, como el ICMS, reduciendo su competitividad''.