Ing. Osvaldo Cappellini, presidente del CIL, aseguró que la mayoría de la industria cumplirá con el nuevo precio promedio, no sin esfuerzo, aunque advirtió que la sustentabilidad del mismo dependerá del mercado y principalmente de los flujos de ventas al exterior.
A un mes de firmado el acuerdo entre el Gobierno Nacional e integrantes de la cadena láctea -las cámaras y mesas de productores lecheros de Córdoba, Santa Fe y La Pampa, junto a la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) y al Centro de Industria Lechera (CIL)-, la puesta en práctica de esta iniciativa del gobierno aún presenta alguna resistencia y muchas interrogantes. El presidente del CIL, el Ing. Osvaldo Cappellini, aseguró en una entrevista exclusiva para Infortambo, que más allá de las observaciones y críticas que se le puede hacer a este convenio, al que recalcó de cómo de emergencia, el mismo permite generar un espacio para discutir cómo continuará funcionando la actividad cuando llegue la primavera. ''Existía un diagnóstico en la industria de que algo había que hacer en relación a los precios del sector (materia prima, de exportación y del mercado interno) porque esta situación podía complicar el funcionamiento del sector a mediano y largo plazo'', explica Cappellini. ''Desde el CIL venimos monitoreando los costos de toda la cadena y veníamos notando un fuerte aumento de los mismos que, sumado a un mercado sumamente regulado, y a una producción creciente generaba una luz amarilla hacia el futuro''.
En medio del conflicto entre el gobierno y el campo, la posibilidad del acuerdo apareció como una alternativa inesperada. ''La industria hubiera preferido trabajar en detalle y consensuar más el acuerdo y tratar de desregular más el mercado, pero, no sin cierta resistencia interna, finalmente aceptamos que esto es un principio, una salida'', no obstante afirma que ''el acuerdo coloca a las empresas industriales en una delicada situación económica y financiera frente al duro compromiso de los precios a cumplir, pero lo que es más importante nos sacó de la inercia y la inmovilidad que había entre el gobierno, el sector primario y la industria''.
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