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Control microorganismos
Patógenos en un chip
Un laboratorio portátil podrá detectar microorganismos como la salmonella en el mismo lugar donde se toma la muestra y con mayor rapidez que los sistemas convencionales
27/08/2008 Consuma seguridad - Eroski
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Microorganismos como Escherichia coli O157, del SARS o los responsables de la gripe aviar se han convertido en los últimos meses en algunos de los principales riesgos en seguridad alimentaria. Su impacto, que aumenta sobre todo con el comercio internacional de ganado, requiere la implantación de nuevos y mejores sistemas de detección. Los límites de los métodos analíticos convencionales, que requieren protocolos complejos y mucho tiempo, se enfrentan ahora con un laboratorio portátil más rápido y eficaz.
La aparición de nuevos patógenos y de nuevas variedades de algunos de ellos ha creado importantes amenazas en salud humana relacionadas con el consumo de alimentos contaminados. De este riesgo nace la necesidad de desarrollar métodos rápidos que puedan identificar, ''in situ'', enfermedades y fuentes de infecciones bacterianas. En ello trabaja un equipo de investigadores europeos, que funde sus esfuerzos en el proyecto OptoLabCard, del que forman parte instituciones y universidades de Alemania, Dinamarca, España, Austria, Polonia y Suecia.
Con el objetivo de proteger la salud y el bienestar de los consumidores europeos, los expertos de distintos países trabajarán, durante tres años, en el desarrollo de una forma simple y sencilla de detectar bacterias infecciosas en las granjas y en las plantas de procesado y distribución, algo que hasta ahora aún requiere un complejo sistema de toma de muestras y envío a los laboratorios correspondientes.
En 30 minutos
Bacterias como la salmonella cada vez lo tienen más difícil para llegar a los consumidores. La razón es uno de los prototipos que existen ya para preparar muestras y realizar pruebas de ADN para detectarlas a través de un chip portátil. Algunas de las principales ventajas radican en que los resultados pueden obtenerse en apenas medida hora, frente a las horas e incluso días de muchos de los sistemas actuales, y en la posibilidad de tomar la muestra sin tener que desplazarse.
El objetivo es abrir la puerta a futuros sistemas de miniaturización analítica que sean capaces de examinar, rápidamente, posibles fuentes de contaminación por patógenos. Según los responsables del estudio, el proyecto dotará a la herramienta de componentes ópticos y canales de fluidos en un espacio muy reducido, lo que le conferirá una plataforma comparable a los sensores, con capacidad para ser utilizados en múltiples usos.
Lo que ha permitido desarrollar sistemas de análisis portátiles ha sido, aseguran los expertos, la tecnología de sistemas microelectromecánicos (SMEM). El sistema consta, a grandes rasgos, de dos partes diferenciadas. Por un lado, una base portátil y, por otro, lo que los expertos denominan ''labcard'', que permite efectuar una reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real. Esta parte es la que está formada por componentes desechables. La tecnología con chips ya daba, a finales de 2007, con una técnica capaz de detectar en alimentos la presencia de aminas biógenas, sustancias con posibles efectos en salud humana y capaces de alterar las características organolépticas de los alimentos, especialmente vinos y quesos. La técnica, denominada ''lab-on-a-chip'', incorpora chips con funciones más precisas que los biosensores.
En seguridad alimentaria, este sistema es capaz de detectar patógenos como la salmonella y campylobacter y contaminantes en fuentes de agua. Fuera de este ámbito específico, las particularidades de este sistema favorecen su aplicación para detectar otras enfermedades infecciosas en humanos como gripe, tuberculosis o hepatitits.
Protección con frío
La amenaza que suponen patógenos como la listeria o la Escherichia coli en alimentos como frutas y verduras frescas ha llevado a un grupo de expertos estadounidenses a probar un nuevo tratamiento, hasta el momento en fase experimental, que utiliza el plasma de frío como agente antimicrobiano. Según ha publicado la revista ''Journal of Food Protection'', para generar el plasma frío los expertos han introducido electricidad en un gas. En pruebas realizadas con manzanas de la variedad ''Golden Delicious'' expuestas a varios patógenos microbianos, la aplicación con plasma frío permitía una reducción significativa de éstos sin alterar las manzanas. El objetivo es ahora extender el sistema a otros productos agrícolas.
Cada vez más seguros
La inocuidad de los alimentos es un reto que se plantean los responsables sanitarios internacionales. Que se cumpla implica proteger la salud pública y, para ello, se instauran actividades y acciones encaminadas a controlar toda la cadena alimentaria, desde los primeros pasos de la producción a la venta. Uno de los últimos proyectos que se han puesto en marcha en el ámbito internacional es el ''Proyecto conjunto para Actualizar y Consolidar Principios y Métodos para la Evaluación de Riesgos de Productos Químicos en los alimentos'', iniciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El programa se ha centrado fundamentalmente en fijar criterios para la higiene ambiental y principios para evaluar los riesgos toxicológicos de los residuos de pesticidas en alimentos. También establece condiciones para la presencia de restos de medicamentos veterinarios en productos de origen animal. El objetivo de todos estos análisis es desarrollar una guío que sirva para establecer buenas prácticas para el uso de estas sustancias y, en consecuencia, para reducir su posibles efectos en salud humana a través de la ingesta de alimentos.