El consumo de leche en México disminuyó durante el año en 10%, hecho que se adjudica hoy al embate de la crisis económica internacional y su repercusión en esta nación.
El presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González, afirmó que unido a ese factor fundamental negativo para los granjeros y los productores de la industria láctea, se suma como elemento preocupante la creciente importación de ese producto elaborado.
El dirigente de ese gremio afirmó que actualmente se trabaja en favor de un convenio con la Secretaria de Agricultura, con el fin de crear un Fondo de Estabilidad en apoyo a los productores y comercializadores.
Esa medida contempla subsidiar con el equivalente de un peso (unos 0.07 centavos de dólar) a productores pequeños y medianos por cada litro de leche producido durante los próximos dos meses, hasta que se alcance una mayor estabilidad en el mercado lácteo.
Comentarios de prensa referidos a la baja en el consumo de ese alimento a nivel nacional alertan sobre el peligro de que ese componente dietético fundamental para menores esté dejando de ser consumido por niños del entorno de las familias más pobres.
El gobierno mexicano dispone de una empresa paraestatal (Linconsa) que se encarga de suministrar leche a precios subsidiados a sectores pobres, cuyo alcance resulta insuficiente, a juicio de organizaciones sindicales y otros gremios de corte social.
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