El Palacio Euskalduna de Bilbao reunió el 22 de enero a más de 200 representantes de la industria alimentaria y las Administraciones vascas en una jornada organizada por Elika, Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria junto con el Departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación, para clarificar la actual normativa sobre el etiquetado de los productos alimentarios.
Las leyes que regulan este apartado son numerosas y constantemente incorporan modificaciones orientadas a mejorar la información que los consumidores reciben a la hora de adquirir un alimento. Por ello, es importante que tanto las empresas que se dedican a la elaboración de estos productos como las Administraciones que deben controlar que se cumplan los requisitos de presentación y publicidad de los mismos unifiquen criterios y clarifiquen la aplicación de la normativa.
El objetivo del etiquetado de los productos alimenticios es garantizar a los consumidores una información completa sobre el contenido y la composición de dichos productos, a fin de proteger su salud y sus intereses. La etiqueta puede contener también información relativa a una característica determinada, como el origen del producto o el método de producción. Algunos alimentos son, además, objeto de una normativa específica, como los organismos modificados genéticamente, los alérgenos, los alimentos para bebés o determinadas bebidas.
Las etiquetas deben ser comprensibles, decir la verdad y no atribuir al producto efectos o propiedades que en realidad no posea. Para ello existe un etiquetado obligatorio (marca, lista de ingredientes, identificación de la empresa, contenido, fecha de caducidad.) y otro tipo de etiquetados: el facultativo, como las indicaciones nutricionales y valores energéticos, los etiquetados especiales (denominación de origen, producción ecológica, integrada.) y las declaraciones de propiedades saludables, que deberán estar científicamente avaladas.
En la jornada sobre etiquetado de alimentos, fueron tratadas por expertos todas estas modalidades y la normativa que las regula, además de la percepción que tiene tanto el consumidor sobre la información que recibe a través de las etiquetas de los productos alimenticios como la empresa a la hora de reflejar todos los requisitos establecidos en la normativa. Todo ello orientado a que las industrias dedicadas a esta actividad logren adecuarse a la obligatoriedad de información recogida en la normativa y sepan también orientar, a través del etiquetado, sus necesidades y su estrategia empresarial a la hora de publicitar los productos que comercializan.
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