Este es el primer balance que hacen los expertos sobre el impacto de la sequía en los precios de los alimentos en el mercado doméstico. Y si en estos días no hay que pagar una barbaridad por la lechuga, un kilo de harina o unos cuantos tomates, es porque algunos precios todavía logran eludir las inclemencias del tiempo.
En avenida Rivadavia 5430 los cajones todavía llenos exhiben frutas y verduras que conservan sus colores y formas gracias a la minuciosa dedicación de los verduleros. Lo que varía es el número dibujado en los carteles, eso que marca el precio, que reposan sobre los tomates y la mayoría de las verduras de hojas verdes. ''La lechuga está toda quemada, sancochada'', contó Carlos Reales desde su puesto en el Mercado de Progreso. ''Con la sequía hay poco, la mitad'', según este verdulero. Esa es la explicación que encuentra al aumento: ''Entre un 20% y un 30% más el tomate y las hojas verdes''.
Varios productores del cordón Capital Federal-La plata y la zona de Balcarce confirmaron el dato: la producción cayó a la mitad. Hay menos papas, y más chicas; pocas verduras de hoja verde y el tomate se vio afectado por ''pestes incontrolables por el calor'', indicó Alberto Pate, presidente de la Asociación de Productores de La Plata. Pero la merma, aclaran, aún no se traduce en una escalada de precios dado que la producción actual alcanza para abastecer la demanda. Pero esto puede variar a fines de febrero. En semanas comienza la nueva etapa de producción en varios puntos de la provincia de Buenos Aires. El presidente de la Cámara de Operadores Mayoristas Frutihortícolas del Mercado Central, Fabián Zeta, cree que ''si esto sigue así, todo va a valer más. Ahora está tranquilo, pero en un mes puede cambiar''.
La presidenta de la Liga de Acción del Consumidor (Adelco), Ana María Luro, reconoció que cuando ''hay menos producción'' se ''producen problemas. Siempre que falta un producto, aumentan los precios''. De todas maneras, aclaró que los valores no se dispararon porque ''hay menos gente que compra''.
El valor de la carne se redujo a la mitad. Pero sólo para el productor. El consumidor paga lo mismo que un mes atrás. ''Ante la imposibilidad de tener los animales en el campo, el productor vende a $400 una vaca que costaba $800. Pero el minorista vende igual que antes, se apropia de la diferencia'', indicó el presidente de la Cámara de Industria del Comercio de la Carne, Miguel Schiariti.
Mientras que en el trigo los precios ''siguen bajos'', según Hugo Visca, de la corredora Enrique R. Zeni y Cía. Y no cree que suban, al contrario. Estimó que pueden bajar aún más ''si no abren los registros de exportación''.
La sequía es el principal factor climático que está afectando la producción de alimentos.
Las cosechas en las quintas de la provincia de Buenos Aires se redujeron a la mitad.
Los criadores de ganado envían más animales a faena para evitar que se mueran en los campos afectados.
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