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Frutas y verduras
Una farmacia en la verdulería
Estudian cómo actúan sobre la salud diversos componentes que se encuentran en las frutas y las verduras, pero a estas alturas nadie duda de que la dieta rica en esos alimentos es el mejor antídoto contra algunas enfermedades.
06/11/2009 Levante-emv
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Mejor que ir a la farmacia para comprar remedios para conservar la salud es visitar el mercado y llenar la cesta de la compra de productos de todos los colores para prevenir ataques cardíacos, aparición y multiplicación de células tumoralesÉ Los mejores aliados contra todo tipo de cánceres y las enfermedades cardiovasculares, que son las dos principales causas de mortalidad en la Comunitat Valenciana, son las verduras y las hortalizas de las que cada día se conocen nuevas y más saludables propiedades. El brócoli, el aguacate y los tomates, entre otras hortalizas, son los mejores antídotos contra la enfermedad, además de practicar ejercicio físico y tener buenos pensamientos. Decenas de laboratorios en todo el mundo investigan las propiedades anticancerígenas y antioxidantes de las verduras y de las frutas. En concreto, un equipo de científicos de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, han comenzado a estudiar cómo actúan los compuestos químicos anticancerígenos del brócoli como elemento protector frente a los tumores de próstata, pulmón, colon y estómago.
Otro grupo de científicos norteamericanos ha dado a conocer que el consumo regular de tomate reduce a la mitad el riesgo de sufrir un infarto respecto a los que no lo consumen. Además, este vegetal rico en licopenos contribuye a reducir el colesterol, fortalece el sistema inmunitario, ayuda a eliminar el ácido úrico y rebaja el dolor causado por la artritis. Una joya de color rojo.
El aguacate, por su parte, es un excelente amigo del corazón ya que reduce el colesterol, lo que ayuda a que la sangre fluya líquida y feliz por las arterias y, además, es la fruta con más contenido en vitamina E, que previene contra enfermedades cardiovasculares al actuar como antioxidante. El único hándicap de esta verdura tan exquisita y saludable es su alto valor calórico.
La doctora en farmacia y técnico del departamento de nuevos productos del Ainia (Instituto Tecnológico Agroalimentario) Blanca Viadel expresó a Levante-EMV que todas las frutas y verduras tienen algún efecto nutricional derivado de los fitonutriente que contienen. En el caso del tomate es el licopeno, un potente antioxidante que frena el envejecimiento y protege contra el cáncer de próstata y las afecciones cardíacas.
La experta indica que casi todos los productos de la huerta son antioxidantes. Por ejemplo, la espinaca, el melón y el aguacate contienen luteínas, zeaxantinas y carotenoides, compuestos antioxidantes que protegen contra la degeneración macular y las cataratas.
La col de Bruselas, el brócoli , el repollo y la coliflor contienen sulforafanos que neutralizan los carcinógenos del cáncer de pulmón. Pero quizá el rey de la cocina y de la palatabilidad sea el ajo, y la reina, la cebolla. Sus fitonutrientes se llaman organosulfidos y no sólo previenen contra las enfermedades cardiovasculares, sino que además evita la formación de coágulos en la sangre, reduce infecciones y protege contra el cáncer de pulmón.
Otra reina de la degustación por su sabor y sus propiedades es la mora, que aporta antocianinas al organismo, unos pigmentos hidrosolubles y antioxidantes que estimulan el funcionamiento del cerebro y previenen la aparición de tumores.
En este repaso de las propiedades de verduras y frutas no hay que dejar de lado el interesante aporte de las zanahorias, mango, naranja y calabaza. El caroteno y los beta carotenos son unos excelentes antioxidantes y muy eficientes para combatir el cáncer y las alteraciones pulmonares malignas.
Por su parte, los flavonoides de la uva, mora y fresa evitan la formación de coágulos y por ende las hemorragias cerebrales y protegen frente a las afecciones cardíacas.
Los fitoesteroles de las almendras, nueces, trigo integral y de los aceites vegetales (el de oliva es el mejor) tienen una capacidad antioxidante e impiden la absorción del colesterol en el intestino, además de ser excelentes protectores cardiovasculares.
Comer sandía es casi lo mismo que comer una ensalada de tomates, porque esta fruta roja también contiene los prodigiosos licopenos. Los limonoides que se encuentran en la cáscara de los limones, y las naranjas también son unos potentes antioxidantes que previenen frente al cáncer. De ahí que para cocinar un buen arroz con leche se use la cáscara de limón. La lechuga, otra de las reinas de la mesa y de las guarniciones, tiene ácido lipoico y una coenzima denominada ubiquinona que también previene contra el envejecimiento por su alto contenido antioxidante. La remolacha, como la zanahoria, es muy rica en caroteno. Esta hortaliza pertenece al grupo de las que contienen vitamina A, como la naranja y la mandarina, y también se la conoce como retinol o antixeroftálmica por sus propiedades para proteger la visión.
NO SE PIERDEN LAS PROPIEDADES
El investigador del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA, adscrito al CSIC), José Vicente Carbonell, manifestó a este periódico que la mayor parte de las frutas y verduras tienen polifenoles y flavonoides, unos principios químicos que contribuyen a ser más longevos.
Además de las piezas frescas del mercado, no hay que dejar de lado los beneficios que aporta una copita de vino o una caña de cerveza en las comidas. Es mano de santo para reducir el colesterol y alejar el riesgo de infarto.
''Lo más importante de una dieta es que sea variada'', afirma el experto, que aconseja comer cinco cinco unidades de fruta o verdura al día, ''por la fibra, las vitaminas, los flavonoidesÉ''. Carbonell alerta sobre las dietas espontáneas que se hacen sin revisión médica y con las que habitualmente se pierde hierro y vitamina A. Para contrarrestar esta pérdida que afecta sobre todo a las mujeres, hay que considerar que una buena fuente de hierro es la morcilla porque la molécula del hierro se fija en la hemoglobina de la sangre (su contenido principal) y eso facilita que el organismo lo asimile.
José Vicente Carbonell rompió un falso mito al afirmar que los zumos no pierden sus propiedades vitamínicas aunque se tarden unas horas en consumirse (lo que no suele ser habitual) y que en los zumos industriales el contenido vitamínico sólo se pierde en un 10% de su concentración, pero el resto se conserva. ''Se exagera mucho cuando se dice que ya no tienen vitaminas'', agregó el experto.