Los avances en este campo constituyen un aspecto fundamental de cara al desarrollo de las industrias alimentarias, ya que este biosensor tiene un gran potencial en la línea de la seguridad alimentaria y permitirá a las empresas ofrecer una garantía adicional a los consumidores, que adquirirán productos ya certificados por un riguroso control previo.
En la actualidad son muchos los campos de la alimentación que experimentan continuos desarrollos y avances, pero la seguridad alimentaria es un aspecto que siempre se ha mantenido en el punto de mira, y que hoy por hoy se ha convertido en un tema primordial para las empresas del sector.
La Salmonella es una de las fuentes de infecciones intestinales más comunes en la actualidad. El número de casos se estima hoy en 1,4 millones cada año, de los cuales un 95% son causados por alimentos que se consumen contaminados. Este hecho acrecienta la desconfianza de los consumidores, que acaban optando por eliminar de sus listas algunos alimentos especialmente susceptibles a esta bacteria, lo cual se traduce finalmente en pérdidas para las industrias. La detección de esta bacteria constituye por tanto un punto crítico en el campo de la seguridad alimentaria, y ha llevado a desarrollar diversos métodos para ejercer este control, aunque hasta el momento los resultados en cuanto a sensibilidad y velocidad del proceso no han alcanzado el rendimiento esperado.
Recientemente, las colaboraciones entre el Departamento de Investigación para la Agricultura, la unidad de Asesoramiento para la Calidad y Seguridad Alimentaria y los científicos de la Universidad de Georgia, han llevado al desarrollo de un Biosensor-Nanorod, capaz de detectar en poco tiempo el patógeno anteriormente mencionado.
Este nuevo biosensor constituye un nuevo método de alta eficiencia para la detección de bacterias en los en los alimentos. Se trata de un método basado en técnicas inmunológicas, en el que se utiliza una hetero-estructura compuesta a base de un nanorod, (estructura que en nanotecnología, se refiere a un objeto de morfología específica, de entre 1-100nm, obtenido directamente de una síntesis química en la que se obtiene una combinación de ligandos), funcionalizado con anticuerpos anti-Salmonella fluorescentes, moléculas orgánicas que presentan afinidad con un substrato determinado, y que como resultado de esa afinidad se colorean al anexionarse, pudiendo así detectarse con un microscopio fluorescente. Se ha afirmado además que este sensor podría ser modificado también para ampliar su rango de detección a otro tipo de patógenos también contaminantes de los alimentos, informa Tecnoalimentalia.
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