Una de las preocupaciones de los científicos es la forma en que la humanidad se alimentará en el futuro. El crecimiento de la población y la forma en la que los recursos naturales escasean son factores que han llevado a pensar en la necesidad de reactivar la producción de alimentos, pensando especialmente en los países en vías de desarrollo.
Algunas de las actividades a realizar para poder ganar la llamada ''carrera de los alimentos'' son incrementar la producción agrícola, mejorar la distribución de alimentos, controlar el crecimiento poblacional, todo ello para consolidar una nueva revolución verde basada en la tecnología y la biogenética, menciona un estudio de la Fundación Bengoa de Venezuela.
Uno de los objetivos de la comida para los años venideros es que cumpla con todos los requerimientos nutricionales para las personas. La ciencia que permitirá este desarrollo es la nutrigenómica, capaz de establecer el posible efecto de los nutrientes de acuerdo a las características genéticas de cada individuo y ofrecerles así una nutrición personalizada.
Basados en los estudios derivados de la nutrigenómica, los científicos predicen que en el futuro los alimentos a la venta en un supermercado o en un restaurante podrán contener un chip que permita averiguar si determinado tipo de comida resultaría benéfico o dañino para el consumidor.
De acuerdo al Observatorio de Prospectiva Tecnológica e Industrial (OPTI), la posibilidad de obtener la secuencia de los genes de una persona será más fácil y de esa forma también se podrá conocer el impacto que sobre ellos tienen ciertos compuestos presentes en los alimentos.
El Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Sector Agroalimentario (AINIA) en España también ha colaborado en este tipo de estudios y ha puesto énfasis en que hasta el 2014 la línea de estas investigaciones será la de descubrir los compuestos bioactivos beneficiosos y estudiar su absorción , toxicidad y metabolismo antes de que comiencen a distribuirse.
La nanotecnología aplicada a los alimentos también puede ser un factor para su producción futura. Los avances en esta área permitirían hacer modificaciones en la comida como controlar su maduración o hacer más largo su período de caducidad. Sus aportes también podrán ser vistos en la producción de mejores envases.
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