La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) advierte de que la progresiva desaparición de las variedades de frutos secos autóctonas abre la puerta a los “turrones y mazapanes fast-food”, elaborados con almendras foráneas, fundamentalmente de California, que no reúnen la suficiente calidad para mantener las cualidades organolépticas de nuestros más típicos productos navideños.
La variedad de almendra marcona, la autóctona del arco mediterráneo, es la que desde el siglo XIV se ha utilizado para elaborar los dulces navideños; 600 años después, los frutos secos están amenazados y con ellos una importante actividad agraria y toda nuestra tradición repostera navideña y gastronómica.
La almendra española posee unas calidades muy superiores a la estadounidense y es más apreciada en los mercados internacionales. Sin embargo, al ser California quién marca las cotizaciones a nivel mundial, presiona los precios de nuestras almendras a la baja. La fortaleza del euro frente al dólar agudiza la situación y consolida precios por debajo de costes.
En estos momentos, el sector productor de frutos secos se encuentra inmerso en una grave crisis de precios, 0,81€/kg frente a 1,45€/Kg en 2005 (-44%), situación que hace peligrar la supervivencia del cultivo. “Con estos precios es difícil cubrir los gastos de recolección y mantener los trabajos de mantenimiento de los árboles durante el resto del año, de ahí que se opte por el progresivo deterioro de las fincas y, finalmente, por el abandono del cultivo”, ha señalado Bernardo Funes, responsable del sector de frutos secos de COAG.
A todo ello se une la invasión de almendras foráneas: en la última década, las importaciones españolas de almendra americana se han incrementado un 185%, pasando de 22.377 tn en 1998 a las 63.741 tn de la campaña pasada.
En este contexto, COAG considera imprescindible diferenciar la calidad de nuestras producciones. Se ha de controlar exhaustivamente el volumen y calidad sanitaria de las importaciones, así como de las mezclas de producto importado con producto estatal, a través del control de la trazabilidad y el etiquetado. En este sentido, es necesario mejorar la inspección y el control de la calidad en frontera y en los puntos de venta, especialmente en lo relativo al origen en el etiquetado para evitar la confusión del consumidor.
COAG lleva más de una década alertando sobre la necesidad de proteger al sector de los frutos secos por infinidad de razones: protegen la corteza terrestre, frenan la desertización, actúan como cortafuegos, retienen población en zonas rurales y mantienen el paisaje histórico. Por si cada una de estas razones no fuera suficiente, la llegada de la Navidad sirve para recordar que sin los frutos secos autóctonos no sería posible elaborar auténticos productos de repostería navideños tradicionales como los turrones, los mazapanes o los polvorones.
El responsable del sector de frutos secos de COAG anima a las Administraciones a que ''asuman su responsabilidad y velen por este patrimonio agrario, histórico y cultural. En estos tiempos en los que el criterio de rentabilidad económica se impone en terrenos impropios, hay que recordar que la rentabilidad no ha de ser un criterio únicamente economicista; nuestro medio ambiente, nuestros pueblos, nuestros paisajes, nuestras tradiciones y nuestra gastronomía son muy rentables para la sociedad, aunque los números no lo entiendan''.
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