Hace años que las alarmas sanitarias saltaron al conocerse que más del 80% de los españoles consume casi el doble de sodio de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es el nivel máximo saludable: 9,7 gramos de sal frente a los 5 gramos recomendados. Entonces, se decidió realizar un estudio que confirmara esa realidad con el objeto de empezar a tomar medidas. Los estudios han llegado, y han vuelto a corroborar las evidencias. Ahora toca actuar.
El responsable de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), Roberto Sabrido, señala que ''ya sabemos que el 72% del sodio que se consume procede de los alimentos procesados, por lo que estamos estudiando establecer un plazo para que la industria alimentaria reformule sus productos y reduzca el uso de este condimento''. Es lo que se denominada ''sal oculta'', ya que el comensal desconoce cuánta sal ingiere en estos casos, por lo menos en lo que se refiere a productos no procesados y que deberá ir reduciéndose progresivamente hasta llegar a los niveles deseados en 2014.
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