Los precios del té alcanzaron niveles récord este año, pero deberían descender en 2010, ya que las condiciones meteorológicas han vuelto a la normalidad en las principales regiones productoras de té en Asia y África, según la FAO.
El precio compuesto del té de la FAO, que es el indicador mundial del precio del té negro, alcanzó un máximo de 3,18 dólares EE.UU. el kilogramo el pasado septiembre, debido a la sequía en India, Sri Lanka y Kenya y apuntalado por el incremento de la demanda. En comparación, el precio mantuvo una media de 2,38 dólares EE.UU./kg en 2008.
La preocupación ahora es que los productores de té reaccionen en exceso al alza de los precios, aumentando las plantaciones y amenazando con una sobreoferta en el mercado, según la FAO.
''Algunos países productores, como India, han actuado con responsabilidad y anunciado que no ampliarán la superficie cultivada de té más allá de lo que se requiere para replantar y rehabilitar las plantaciones existentes'', aseguró Kaison Chang, Secretario del Grupo Intergubernamental sobre el Té, auspiciado por la FAO y la única autoridad internacional en el ámbito del té.
''El retorno a las condiciones meteorológicas normales en las principales regiones productoras indica que la situación de tensión en el mercado mundial debería comenzar a suavizarse, aliviando la presión sobre los precios mundiales del té en el Año Nuevo'', añadió Chang.
Aunque el crecimiento del consumo superó al de la producción entre 2005 y 2009 (con una estimación del 0,8 por ciento, frente al 0,6 por ciento, respectivamente), el mayor desfase entre el crecimiento del consumo y de la producción se produjo entre 2007 y 2009, cuando alcanzó un porcentaje de 3,4 puntos coincidiendo con el alza de los precios.
Algunos de los incrementos en los precios se trasladaron a los consumidores a través de la cadena de valor, con un incremento del 5 por ciento de los precios al detalle en los supermercados en Europa.
CREACIÓN DE HÁBITOS
El hecho de que la demanda de té haya permanecido sólida a pesar de la recesión mundial apoya la afirmación de que el consumo de té ''crea hábito'' y es relativamente poco elástico a las fluctuaciones de precios para todas las mezclas, excepto para aquellas de mayor calidad y precio.
Además, el porcentaje de los ingresos familiares destinado a la compra de té es relativamente pequeño.
La respuesta del suministro al alza de precios se ha retrasado, ya que requiere decisiones de inversiones que tienen implicaciones a largo plazo: se necesitan al menos tres años antes de que se pueda recolectar un arbusto de té.
El impacto de los altos precios no ha afectado al consumidor en los países desarrollados, debido a la fuerte competencia en el mercado de las bebidas.
Sin embargo, en los países en desarrollo, los fabricantes están dispuestos a trasladar un mayor porcentaje del alza de precios a los consumidores, ya que los costes de las compras de té suponen una parte importante del precio final al detalle.
En la India, por ejemplo, el precio medio del té al por menor se situaba en septiembre de 2009 en cerca del 15 por ciento por encima del mismo mes de 2008. En Pakistán, los precios al por menor se incrementaron el 12 por ciento en septiembre de 2009 con respecto a un año antes.
Con la vista puesta en 2010, el regreso a unas condiciones meteorológicas normales en las principales regiones productoras hacen prever que la situación de tensión en el mercado mundial debería comenzar a aliviar la presión sobre los precios mundiales del té.
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