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Alimentación durante el embarazo y obesidad infantil

Una correcta alimentación de la mujer embarazada podría prevenir de manera temprana la obesidad infantil.

11/05/2009 Consumer.es eroski

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Numerosos estudios han encontrado relación entre la dieta de la madre durante el embarazo y diferentes parámetros de la composición corporal del feto y el futuro niño. Una de estas últimas investigaciones, publicada en ''Bristish Journal of Obstetrics and Gynaecology'', da a conocer que en modelos animales la ingesta diaria de alimentos de alto índice glicémico, como snacks dulces, pan blanco y chocolate, durante los últimos meses de gestación puede dar lugar a un aumento de las probabilidades de que el bebé tenga más peso del deseado y pueda sufrir obesidad en el futuro.

Durante el tercer trimestre de embarazo, comer con frecuencia o picar alimentos ricos en azúcares de los que se digieren y asimilan con rapidez puede dar lugar a una descendencia con más peso al nacer del que debería y con unos parámetros de crecimiento, en los primeros meses de vida, más rápidos que los normales.

CONSECUENCIAS DE LA ALIMENTACIÓN MATERNA

Investigadores del School of Agriculture Food Science and Veterinary Medicine, perteneciente al University College de Dublín, han publicado un estudio en ''British Jounal of Obstetrics and Gynaecology'' en el que aseguran que la especie animal que ellos han observado es relevante para estudiar la relación entre la dieta de la madre, el tamaño del feto y la obesidad temprana. Esta investigación se ha llevado a cabo con ovejas, animal utilizado como modelo para investigar las potenciales interacciones materno-fetales en humanos desde hace unas cuatro décadas.

La razón es que las ovejas tienen un peso similar al de los humanos (65-85 kg), un ciclo reproductivo de unos diecisiete días (28 en la mujer) y un período de gestación de unos 147 días (más corto que el embarazo humano) en el que se desarrollan uno o dos corderos como máximo.

El exceso de azúcar en sangre registrado en la madre tras comer alimentos de alto índice glicémico estimula la producción de insulina.

Las 104 ovejas que se seleccionaron rigurosamente para este estudio fueron divididas en dos grupos. A uno se le administró durante su último periodo de gestación 100 ml de propilenglicol (un compuesto con un efecto similar a la ingesta de alimentos con alto índice glicémico) dos veces al día y al grupo control se le suministró la misma cantidad diaria pero de agua. El resultado fue que las crías de madres a las que se les suministró el propilenglicol mostraron mayor peso al nacer, niveles altos de glucosa en sangre y alcanzaron los 40 kg de peso hasta 20 días antes que los corderos del grupo control.

Según los propios investigadores, estos resultados muestran que el exceso de azúcar en sangre que se produce en la propia madre tras comer alimentos de alto índice glicémico estimula la producción de insulina y esto puede explicar el efecto de aumento en el crecimiento del feto. La investigación podría abrir la puerta hacia nuevos estudios en humanos para evitar el aumento de grasa corporal en los más pequeños.

CAMBIOS EN EL PATRÓN ALIMENTARIO

Los autores del estudio aducen que el cambio del patrón de ingesta de carbohidratos de la madre podría ayudar a reducir el trauma maternal y fetal del parto, además de disminuir las posibilidades de sufrir cualquiera de las enfermedades relacionadas con la obesidad en la vida futura de su descendencia.

La futura madre es la que establece, con su propia composición corporal y su estado nutricional, el ambiente en el que se desarrollará el feto, además de ser la administradora directa de la alimentación que marcará el desarrollo de su futuro hijo. Y este ambiente es importante porque, junto con la dotación genética que le haya ''tocado'' al individuo al ser concebido, marcará en gran medida cómo se comportará desde el punto de vista metabólico ese ser humano en el futuro.

Según el Institute of Human Nutrition, Fetal Origins of Adult Disease Division de la University of Southampton (Reino Unido), el tamaño y el peso del recién nacido tienen un poder estadístico considerable como para ser predictores de riesgo de contraer enfermedades crónicas durante la vida.

Hasta el momento, la evidencia obtenida a partir de estudios experimentales con modelos animales muestra una fuerte relación entre el peso de nacimiento y la enfermedad coronaria, la diabetes y la hipertensión, entre otras. En este tipo de investigaciones se ha podido observar cómo influyen distintos patrones de alimentación de la madre en el crecimiento fetal, especialmente la ingesta dietética de carbohidratos, proteínas y algunos micronutrientes.

INTERVENCIONES ANTE LA OBESIDAD INFANTIL

La Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad estimó en 2006 que el número de niños obesos en Europa se había incrementado por lo menos en un 50% desde finales de la década de los noventa (1990). El mismo organismo calculó que 6,4 millones de niños europeos podrían sufrir obesidad el próximo año 2010.

Las intervenciones para prevenir la propagación de este síndrome se han centrado en la reeducación nutricional de los niños y de los padres pero, a partir de la investigación de las relaciones entre la dieta de la madre y el desarrollo del feto, podrían surgir otros frentes de prevención.

Una publicación reciente es la que hace referencia al establecimiento de ''Recomendaciones para un código internacional en el marketing de los alimentos y las bebidas no alcohólicas dirigidas a los niños''. Por el momento se puede comprobar cómo los anuncios de televisión que llegan a los niños son, en un elevado porcentaje, aquellos cuyo consumo habitual favorece la obesidad, tal y como comprobó en una reciente investigación CONSUMER EROSKI.

Casi la mitad de los alimentos anunciados no entran dentro de una dieta saludable. Ésta es una de las conclusiones más relevantes de la investigación. Los productos más anunciados son demasiado azucarados y grasos, mientras que la publicidad hacia el fomento del consumo de frutas y verduras entre los más pequeños es casi inexistente.

Elena Piñeiro

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