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El negocio lácteo sólo es rentable para supermercados

Mientras crece el reclamo de los productores lácteos hacia la industria y el Gobierno para que se pague un mejor precio por la leche cruda, las críticas comienzan a concentrarse contra el eslabón de la comercialización.

29/05/2009 Agroparlamento

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Mientras crece el reclamo de los productores lácteos hacia la industria y el Gobierno para que se pague un mejor precio por la leche cruda, las críticas comienzan a concentrarse contra el eslabón de la comercialización, que se apropia de cerca del 25% del precio que paga el consumidor -pese a no ser parte del proceso productivo- y parece ser el único beneficiado en un escenario que incluye masiva quiebra de tambos e industrias con complicaciones financieras. Se cierne, además, la polémica en torno a medidas oficiales que no redundan en un control de los precios de productos básicos como la leche y el queso.

La queja de los productores encuentra sustento en datos concretos del mercado. El precio de la leche cruda (el que la industria paga al tambo) en la Argentina es de $ 0,70- $ 0,75, valor que al final del recorrido se convierte en entre $ 2,5 y $ 3,5 por cada litro de leche entera o entre $ 30 y $ 47 por kilo de quesos semiduros (cada kilo requiere entre 10 y 12 litros de leche).

Según un trabajo realizado por el sector industrial, el recorrido que hace el precio de un litro de leche es el siguiente: $ 0,754 recibe el productor de la industria, luego ésta vende a $ 1,62 a la distribución, que cobra $ 1,77 a las cadenas de supermercados, las cuales finalmente obtienen $ 2,472 por cada litro. Para llegar al valor final hay que sumar $ 0,618 que percibe el Estado a través de impuestos. De este modo, las cadenas de supermercados, el único eslabón que no tiene costos de producción, ya que sólo exhibe el producto y lo vende, son responsables del 23% del precio final. La industria representa el 28%; el productor, el 24%; la distribución, el 5%, y el Estado, el 20%.

En este proceso, el balance que sacan producción e industria es negativo. Los industriales calculan un resultado final con déficit de $ 0,073 por litro. Este sector -que tiene como grandes exponentes a la cooperativa SanCor y a la firma Mastellone- atraviesa complicaciones financieras y hace casi dos años que no se conocen nuevas inversiones.

Los tamberos mantienen gastos que no bajan de $ 0,85 por litro, es decir que pierden $ 0,10 por litro, que deberían ser cubiertos por el subsidio que aplica el Gobierno de $ 0,10 por litro a tambos que producen menos de 3.000 litros por día. El Ejecutivo ahora promete ampliar el alcance de los subsidios -en estos día habrá un anuncio oficial-, mientras sigue sin cumplirse el pago de $ 1 por litro y hace ocho meses que ya no se publican estadísticas de precios que servían para dar previsibilidad al productor.

En los últimos siete años desapareció el 35% de los tambos radicados en el país. Pasaron de 15.500 en 2002 a 11.500 en 2008. Golpeados por la sequía y la caída del precio internacional (la tonelada de leche en polvo pasó de u$s 5.000 a u$s 2.200-2.300), ahora serían un total de 10.000 emprendimientos. De este modo, se observa un proceso de concentración, ya que pese a que se reduce el número de empresas, la producción se mantiene estable desde mediados de los 90 en entre 9.500 y 10.500 millones de litros por año. En 2008 fueron 10.010 millones de litros y se estima que este año habrá un crecimiento del 3%, para llegar a los 10.050 millones.

Un 75% de la producción de la industria se destina a generar productos lácteos (en su mayoría quesos y yogures) y el resto, para elaborar leche fluida.

El ejemplo de los quesos merece particular atención, al ser uno de los principales destinos de la leche. Puede compararse el caso argentino con el de un país limítrofe como Uruguay, donde los productores reciben un precio en torno a u$s 0,22 por litro, que desemboca en valores al consumidor de entre u$s 8 y u$s 10 por kilo de quesos semiduros. El litro de leche entera se maneja entre u$s 0,55 y u$s 0,75 al consumidor.

Al otro extremo del océano Atlántico, Francia, un país con extensa tradición quesera, maneja valores que llaman la atención al comparar con las góndolas argentinas: quesos como el brie o el emmental cuestan 6 euros y 10 euros por kilo, respectivamente, para consumidores del alto nivel adquisitivo que se maneja en París. Los quesos semiduros cotizan a 15 euros por kilo y la leche entera, a entre 1,16 y 1,27 euro en la popular cadena de supermercados Monoprix. Los productores franceses están percibiendo entre 0,20 y 0,25 de euro por litro, valor que no los conforma, ya que se encuentran en pie de guerra y han logrado que la Unión Europea prometa reforzar la política de subsidios.

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