Un 6% de los adultos en países occidentales, si bien este porcentaje está incrementándose en los últimos años, está afectado por alergias a alimentos de origen vegetal, siendo el melocotón el producto más asociado a problemas de alergia en España, señala la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la UPM se propusieron caracterizar qué agentes producían esta alergia y cómo eludir las nuevas reacciones que estaban apareciendo en alergias cruzadas. El propósito final de este estudio es aplicar estos datos a la producción de vacunas antialérgicas.
La UPM explica que las alergias a alimentos se producen porque proteínas contenidas en los mismos son reconocidas por un tipo de células presente en el intestino delgado, donde se absorben los alimentos. Estas células digieren las proteínas y fragmentos de las mismas son presentados a linfocitos T. Los linfocitos T son los encargados de decidir si ese péptido proviene de algo externo o interno. Si lo consideran como externo deciden a su vez qué tipo de respuesta hay que desarrollar. En el caso de las alergias, los linfocitos T activan a los linfocitos B, productores de anticuerpos o inmunoglobulinas frente al alergeno. La inmunoglobulina E o IgE, al reconocer al alergeno, es la responsable de activar los mecanismos que producen los síntomas de la alergia: rinitis, conjuntivitis, prurito, edema, etc.
La alergia al melocotón está producida por una proteína que se encuentra en la piel llamada Pru p 3, perteneciente a la familia de proteínas de transferencia de lípidos. La inmunoterapia se ha basado tradicionalmente en aplicar concentraciones crecientes de proteínas alergénicas, hasta que el organismo se acostumbra y las tolera. Recientemente, se está orientando la inmunoterapia para enseñar a los linfocitos T a tolerar los alergenos, antes de que activen a los linfocitos B y se produzcan anticuerpos IgE. ''Por ello es tan importante caracterizar los epítopos T de los alergenos'', expone la UPM.
Para este trabajo se aislaron células mononucleadas de sujetos sensibilizados al melocotón y de sujetos control que lo toleraban. Estas células se incubaron en presencia de Pru p 3 o de péptidos derivados del mismo. Así se pudo comprobar que alrededor de un 70% de las células aisladas de ambos grupos reconocían los mismos péptidos procedentes de Pru p 3. Sin embargo, cuando se analizó el tipo de respuesta que tenían ambos tipos celulares se confirmó que respondían de forma diferente. Por tanto, aunque los epítopos T presentes en Pru p 3 sean reconocidos tanto por pacientes como por controles, la respuesta ante ellos es diferente, asegura la UPM. Los epítopos caracterizados podrían ser empleados en un futuro en vacunas para combatir la alergia, concluye la universidad.
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