La comunidad científica se muestra unánime a la hora de alabar la dieta mediterránea tradicional por sus beneficios para la salud. Sin embargo, las bondades de este patrón alimentario podrían verse reducidas si se suprimen algunos de los alimentos que lo componen, tal y como afirma un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Atenas (Grecia).
La investigación, publicada en el último número de la revista médica británica ''British Medical Journal'', mantiene que los beneficios de la dieta mediterránea se reducen de manera ''sustancial'' cuando se elimina de la misma la ingesta de gran cantidad de verduras y el moderado consumo de carne y de alcohol.
Así, el seguimiento de una dieta rica en pescado, mariscos y cereales, ingredientes también fundamentales de la alimentación mediterránea, no garantiza por sí solo una mayor longevidad, mantiene el trabajo.
La dieta mediterránea puede ayudar a prolongar la vida si se combina durante las comidas un alto consumo de verduras, fruta fresca, aceite de oliva y legumbres, y un moderado consumo de carne y de vino, asegura la profesora Antonia Trichopoulou, de la Universidad de Atenas.
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