El yodo es un micronutriente esencial que debe consumirse de forma diaria a través de la alimentación. La principal función fisiológica conocida del yodo es ser sustrato para la biosíntesis de hormonas tiroideas, reguladoras del metabolismo energético. El yodo regula el consumo de energía de nuestro cuerpo y si sufrimos un déficit de este mineral sufrimos cansancio, desánimo, ganancia de peso (se queman pocas calorías) y sequedad cutánea. Un consumo deficiente de yodo puede producir bocio (glándula tiroides hipertrofiada) e hipotiroidismo, siendo las mujeres embarazadas y la población infantil y adolescente los colectivos más susceptibles de padecerlo, lo que conlleva graves trastornos de salud fácilmente prevenibles.
La Campesina Yodada fue presentada en rueda de prensa a los medios de información general y técnicos, el pasado mes de abril en Madrid. Actuó como anfitrión del acto el director general del Grupo Berlys; Felipe Ruano, al que acompañaban la doctora Diana Ansorena, subdirectora del ICAUN y Andrés Urdíroz, Responsable de I+D del Grupo. De esta forma, Berlys vuelve a dar un paso más en su trabajo de investigación para el lanzamiento de nuevos productos acordes con las nuevas tendencias que propugnan el mantenimiento y cuidado de la salud a través de la alimentación.
SAL YODADA: LA SOLUCIÓN
Organizaciones e instituciones de ámbito internacional, como la Organización Mundial de la Salud y la Unicef, y nacionales, como el Ministerio de Sanidad o la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), entre otros, han coincidido en afirmar que el grave problema de salud pública que representa el déficit de yodo en todo el mundo podría solucionarse si éste se incluyera en la sal de consumo humano, tanto para los hogares, como en la industria alimentaria, ya que garantiza un aporte diario medio de 150 a 200 microgramos de yodo.
Para considerar que se trata de un problema erradicado, más del 90% de los hogares debería consumir habitualmente sal yodada. España está en la misma situación que en la mayoría de Europa, en la que sólo en torno al 27% de la población consume sal yodada.
En consecuencia con todo lo anterior, Berlys ha decidido atender las recomendaciones de estos organismos, planteándose la posibilidad de elaborar una variedad de pan sustituyendo la sal común por la sal yodada. Para ello el Departamento de I+D+i de la compañía ha contado con la colaboración del Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Navarra (ICAUN) prestigioso organismo científico que ha confeccionado un informe que avala la conveniencia del empleo de sal yodada en la elaboración del pan. De esta forma un consumo medio de pan (155 g pan/día) elaborado con sal yodada, contribuiría a cubrir entre un 66-100% de las ingestas recomendadas para la población adulta española.
Además, la sal yodada no altera para nada las características de aroma, sabor, aspecto etc. del pan. La nueva Campesina Yodada, es una variedad rústica de formato alargado de 45 cm de largo y 270 g de peso, con una corteza muy atractiva, enharinada surcada por cuatro greñas poco profundas, muy fina, crujiente y fácil de comer. Su proceso de fabricación, que incluye doble fermentación, hace que su miga sea muy esponjosa, manteniéndose fresca y en perfectas condiciones durante más tiempo. Por su formato es ideal para el consumo en familia, y muy especialmente para hacer los bocadillos de los más pequeños, uno de los colectivos más vulnerables al déficit de yodo.
Por tal motivo y paralelamente a este acto de presentación, Berlys también organizó una Exposición Retrospectiva del Bocadillo, como homenaje a la merienda preferida de los niños y su evolución a través de los últimos 50 años. La Exposición tuvo un gran éxito entre los medios de prensa asistentes, y en especial entre los canales de televisión.
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