Los comercios de la UE puden vender a partir de hoy frutas y hortalizas con tamaños o formas más rústicas o raras, menos estandarizados a lo que estamos habituados hasta hoy en tiendas especializadas, si bien siempre hemos podido comprarlos así en los pueblos, directamente del agricultor, o en mercadillos ocasionales.
Esta es la consecuencia de la revocación las estrictas normas de calidad que afectaban a 36 productos. De ellos, 26 quedan totalmente sin el corsé que obligaba a su ''normalización'' comercial. Son los siguientes: alcachofas, albaricoques, espárragos, berenjenas, aguacates, judías, coles de Bruselas, zanahorias, coliflores, cerezas, calabacines, pepinos, setas cultivadas, ajos, avellanas y nueces con cáscara, repollos, puerros, melones, cebollas, sandías, guisantes, ciruelas, apios, espinacas y endibias. Para otros diez se mantiene la normativa, aunque se puede soslayar siempre que se advierta en el etiquetado. Es el caso de cítricos, manzanas, kiwis, lechugas, melocotones y nectarinas, peras, fresas, pimientos, uvas y tomates.
Para la Comisión Europea se trata de simplificar la carga burocrática, facilitar mayores posibilidades de elección a los consumidores y evitar que se tiren a la basura productos que están en perfecto estado, sólo porque son pequeños o tienen algún defecto externo que no afecta para nada a su calidad interna. La Comisión ironizaba ayer señalando que ahora se podrán vender y adquirir también los pepinos curvos.
Sin embargo, para los productores supone una amenaza. AVA-Asaja advertía ayer que esto puede abrir las puertas a importaciones de frutas baratas, sin calidad, que introduzcan nuevas plagas.
¡Plazo de matrículación abierto!