En su informe de fines de junio, el Consejo Internacional de Cereales (CIC) confirma un sostenido aumento en el consumo mundial de maíz. Si bien el reporte tiene fecha anterior al último ajuste efectuado por el USDA en la superficie del cereal estadounidense, éste indica un análisis radicalmente opuesto al del organismo americano.
Hay que recordar que un mes atrás el USDA efectuaba un recorte en la producción de maíz estadounidense de 4 millones de toneladas (de 307 a 303 millones). Con el mismo razonamiento cabría esperar en el nuevo informe del USDA un aumento en la producción debido al ajuste de área efectuado una semana atrás.
El CIC proyecta un consumo mundial de maíz récord, de 788 mill./t, con un alza de 11 millones respecto de los 777 millones consumidos en el ciclo anterior. El comercio se proyecta sin cambios, en 83 millones. Acerca del volumen de producción mundial, el organismo proyecta una cosecha de 768 mill./t, cifra que implica una caída de 14 mill./t respecto de los 782 mill./t de ciclo 2008/09.
En conclusión, como resultado de una baja en la cosecha global y del aumento del consumo, se produce una pérdida de existencias finales estimada en 20 mill./t, pasando de 137 a 117 millones. Esta caída se da en momentos en que se consolida un sostenido crecimiento de la demanda mundial, consecuencia del mayor consumo de carnes y del uso de maíz para etanol. Así, que el USDA eleve su estimado de producción local no necesariamente implica que estemos ante un mercado bajista, pues al aumento de su cosecha se contrapone al alza de la demanda.
En tanto, el productor argentino se encuentra ante una disyuntiva, sembrar o no sembrar maíz. Informes de reconocidas instituciones muestran un rinde de indiferencia para el cultivo en campo propio de 6000 kg/h. Si tomamos un rinde probable de 10.000 kg en zona núcleo, estamos ante un ingreso neto de 4000 kg/h, que, a valores de hoy y descontando gastos de flete y comercialización, equivale a un ingreso de US$ 350/hectárea.
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