Para cuantificar la intensidad de la actividad física los especialistas emplean una unidad llamada MET (equivalente metabólico), que se corresponde con la energía que gasta por hora una persona que está en reposo y equivale aproximadamente a una Caloría por kilo de peso. En función del consumo calórico, el ejercicio se clasifica en leve (de uno a tres METS), moderado (de tres a seis) y fuerte (por encima de seis).
El problema es que ''hay pocas herramientas válidas disponibles para el público que midan el grado de intensidad de ejercicio'', explican los autores. ''Muchos individuos tienen dificultades para medir el vigor con el que entrenan cuando leen o escuchan una descripción de cómo deberían sentirse en cada caso. Esto supone un reto porque los beneficios para la salud dependen de la intensidad de la actividad'', añaden.
En busca de una forma sencilla de calcular el ritmo adecuado de entrenamiento, este grupo de investigadores probó la utilidad del podómetro, un aparato que mide el número de pasos. Seleccionaron a 97 adultos de origen latino (39 hombres y 58 mujeres) y los pusieron a caminar sobre una cinta mientras monitorizaban su respiración y su frecuencia cardiaca para estimar los METs que consumían. Para un ejercicio de 3 METs, los hombres debían llevar una cadencia de 102 pasos por minuto y las mujeres de 106, aunque con importantes diferencias entre unos individuos y otros. De hecho, ''el principal hallazgo de este trabajo -subrayan sus autores- es que existe un considerable margen de error al utilizar el podómetro para medir los METs al caminar en la cinta''.
''No obstante, los autores creen que sus hallazgos apoyan las recomendaciones de caminar al menos 3.000 pasos en media hora cinco días a la semana'', concluye el trabajo. Este ejercicio se puede distribuir también en tres sesiones diarias de 10 minutos y 1.000 pasos cada una. ''El uso de una guía simple basada en el uso del podómetro, que es fácil de recordar y medir, podría ser más eficaz a la hora de que el médico se lo transmita al paciente'', ha explicado Simon J. Marshall, de la Escuela de Ciencias de la Nutrición y el Ejercicio de la Universidad Estatal de San Diego, autor del trabajo.
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