La Comisión Europea ha aprobado una normativa que exigirá a los países aumentar los controles a las importaciones de alimentos y de piensos que no sean de origen animal.
Según esta regulación, que entrará en vigor a finales de enero de 2010, los Estados miembros de la UE deberán designar puntos de entrada para las importaciones, que cumplan con determinados requisitos logísticos, como por ejemplo de personal o de acceso a laboratorios.
La normativa prevé un refuerzo de los controles, pues impone exámenes al cien por cien de los documentos que adjunten los productos; también incrementarán las inspecciones físicas y los análisis.
Asimismo, la CE ha aprobado una lista de productos que estarán sometidos a controles más rigurosos, porque necesitan una mayor vigilancia en las fronteras.
A la hora de elaborar esa relación se han tenido en cuenta informes de países comunitarios y otros socios, de la Oficina Alimentaria y Veterinaria europea, así como de las notificaciones del Sistema de Alerta Rápida comunitario -por el que se difunde la información en la UE cuando un alimento supone un riesgo para la salud-.
La lista será revisada con regularidad para asegurar que corresponde a los datos ''más recientes'', según fuentes de la CE.
Para ello, la nueva regulación insta a los países a que den a la CE información detallada sobre sus controles y sobre sus análisis en laboratorio que han dado resultados desfavorables.
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