Los precios del pan, el dulce de leche y las gaseosas aumentaron más del 150% en los últimos tres años pero el valor de la leche en tranquera de tambo sólo subió 51%, según el Movimiento CREA.
Si se establece una relación entre los precios de los distintos productos que se consumen en una merienda, entre julio del 2006 y julio del 2009, se puede ver que mientras el pan francés aumentó un 178%, el dulce de leche un 165% y las facturas un 161%, la suba en el precio de la leche que entrega el tambero fue de sólo el 51%, según se desprende de un trabajo realizado por la Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento CREA.
Otros productos de la merienda, como el dulce de batata y las gaseosas, también fueron objeto de aumentos mayores a los de la leche, con subas de un 144% y un 118%, respectivamente.
El aumento recibido por el productor fue el menor, frente a costos de producción que se incrementaron más del 150%. Además, la tendencia de los últimos meses es negativa, a diferencia del precio de la leche para el consumidor, que aumentó 92%, y cuya tendencia fue siempre positiva.
En síntesis, se observa que los precios de todos los productos se incrementaron sustancialmente en relación a lo que cobra el tambero. Esto evidencia la preocupante situación en la que se encuentra la lechería argentina, en especial el primer eslabón de la cadena, conformado por los productores, que están viviendo una situación económica crítica.
A contramano. Otro aspecto preocupante de la lechería argentina es la producción de leche entera en polvo, que se mantiene estancada desde hace más de diez años. En 1998, la Argentina producía 9,45 millones de toneladas; diez años después, la cifra es casi idéntica: 10 millones de toneladas.
Contrariamente, Brasil, cuya producción duplica a la argentina, supo aprovechar la oportunidad que brindan los mercados y comenzó a aumentar sustancialmente la producción desde 2003, llegando en 2008 a 28,89 millones de toneladas.
Este estancamiento de la producción argentina va a contramano del contexto mundial, caracterizado por un constante aumento de la demanda, en particular en los países del Este de Asia, que en 2008 llegó a 1200 millones de toneladas, y continúa en ascenso. La tendencia de la demanda también es positiva en la Unión Europea, con valores que superan los 750 millones de toneladas, y en América del Sur, donde ronda los 600 millones de toneladas.
La realidad descripta está llevando a una gran descapitalización y a un creciente endeudamiento de los empresarios tamberos, muchos de los cuales se ven obligados a cerrar sus tambos y a buscar otras alternativas productivas.
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