En una reunión del comité de expertos de los Veintisiete celebrada en Bruselas, todos los estados miembros han mostrado su respaldo a la disminución del uso de sal en los alimentos, debido a su relación con los problemas cardiovasculares, según informa Efe.
''A falta de pequeños detalles, creo que en el Consejo de Sanidad de la UE de junio podremos alcanzar un acuerdo'' para aprobar formalmente la iniciativa, afirmó Jiménez en su intervención ante la Comisión de Sanidad del Parlamento Europeo (PE) para presentar las prioridades de la presidencia española.
La medida se basa en las evidencias científicas que relacionan el consumo de sal con la hipertensión arterial y los accidentes cardiovasculares, así como en un informe aprobado por la Eurocámara que recomienda reducir su presencia en la dieta.
Los estados miembros se han mostrado a favor de aplicar políticas para la reducción del consumo de sal a través de la educación sanitaria y el trabajo con la industria alimentaria, con vistas a reformular la composición de aquellos productos elaborados que aportan más sal a nuestra dieta. Entre el 70% y el 75% de la sal que tomamos no proviene de la comida preparada en casa, sino de productos elaborados, según datos del Ministerio de Sanidad.
En particular, los Veintisiete han respaldado la reducción en un 16% de la cantidad de sal en el grupo de los productos que representan una mayor aportación de este compuesto en el consumo total de cada país, y que en el caso de España incluye el pan, los embutidos y el queso.
La rebaja se llevará a cabo durante los próximos cuatro años, y de aprobarse en el Consejo de Sanidad de junio, será obligatoria para todos los países, según fuentes del Ministerio.
En España, ya se está aplicando una reducción para el pan, en una experiencia piloto que hace que su contenido en sal sea de los más bajos de toda la UE, señalaron las mismas fuentes.
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